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—Mari, hija... ¿Qué pasa?— su mamá tocó la puerta de su habitación ya que su hija se había quedado ahí dos días seguidos.

Se había saltado las clases, había ignorado las llamadas de Alya y Alix. No era que quisiera saltarse las clases, pero era más por la posibilidad de ver a Adrien.

Marinette había buscado en internet sobre el pre-celo, y las respuestas eran principalmente lo que había estado tratando de evitar.

Y NO lo admitiría. No. No. No.

—¿Marinette? ¿Estás bien? —La voz de su madre sonaba más preocupada cada día y Marinette al final tuvo que salir de la cama, abrir la puerta y asomar su cabeza.

—Estoy bien, mamá. No te preocupes.— Le aseguró. Ella no lució convencida con su respuesta, pero con una sonrisa y una promesa de hablar luego sobre lo que sea que estaba molestándole, Sabine bajó a la cocina.

Marinette volvió a cerrar la puerta y se hundió bajo los cobertores.

Su vida estaba jodida.

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Había tenido éxito al evitar a Adrien por una semana. El olfato de Marinette estaba alerta, y cada vez que creía oler a Adrien, huía.

Alix le había hablado sobre su raro comportamiento, pero Marinette solo había ignorado la pregunta y solo le había dicho que no se preocupara.

Alya miró interrogante a su amiga ya que cada vez que traía su nombre a colación, Marinette se tensaba y empezaba a evitarlas.

La omega no sabía cuánto era que Alya sabía sobre ella y Adrien.

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Su celo llegó pleno incluso desde el primer día y Marinette sintió que moría. De todos los años que ha venido teniéndolos, nunca había sido así. Incluso tenía ganas de vomitar ya que su estómago estaba revolviéndose cada minuto.

Tomando dos inhibidores de celo, Marinette se colocó el bolso y le sonrió a su madre cuando la miró preocupada por su celo — ella estaba tan preocupada por Marinette.

Su dosis usual de inhibidor de celo era de una pastilla, pero Marinette no estaba segura de que dos pastillas le ayudarían ahora mismo.

Solo esperaba que nadie lo notara.

La nariz de Alix se arrugó cuando se acercó.

—Hueles raro. ¿Cambiaste de shampoo?

Marinette respiró aliviada y sonrió.

—Sí.

En las clases todo estuvo bien, excepto por las miradas de algunos curiosos. Al salir, Marintte notó que Alya estaba mirándola raro.

—¿Estás bien?

—Sí. ¿Por qué no lo estaría?— Marinette preguntó, sintiéndose nerviosa. La otra chica solo frunció el ceño y movió la cabeza.

—No. Olvídalo.

Marinette todavía podía sentir las miradas de Alya, pero cuando dejó de hacerlo y la vio escribiendo un mensaje de texto, se sintió aliviada.

El día terminó y Marinette suspiró aliviada. El primer día de su celo había terminado y ya podía regresar a su santuario y encerrarse en su habitación. Rechazó la invitación de Alix para ir a almorzar, con la excusa de ayudar a su mamá con algo — la chica fue lo lenta suficiente como para no notar su incomodidad.

Marinette miró su celular y notó que era casi la una de la tarde.

El inhibidor de celo pronto terminaría.

True Mates (Adrinette) (+18) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora