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—¡Marinette, sal ahora mismo!— su madre tocó la puerta pero ella la ignoró, envolviéndose más bajo su cobertor para esconderse de la realidad.

No se sentía atraída por quien acababa de conocer. No. No.
Era solo un sueño, un sueño, un sue-

—Hola.

Marinette gritó de sorpresa cuando un par de brazos la sostuvieron. Con un audible grito, se arrastró bajo su cobertor para ver al culpable — quien no era otro más que su Alfa.

—¡¿C-cómo entraste?!

—Tu mamá me dejó entrar.— Adrien dijo con una sonrisa infantil.

—P-pero cerré la puer-... ¡MAMÁ! ¡Devuélveme la llave!

Ella rió desde la puerta y bajó las escaleras, dándole a los dos el muy necesitado momento privado.

Marinette sujetó su cobertor y fue hacia la esquina de su cama, recargándose en la pared en busca de protección, aun cuando su loba estaba saltando de felicidad por la cercanía entre ella y el Alfa.

—¿Por qué estás actuando así?— Adrien le preguntó, sentándose a estilo indio en la cama. Se sentía muy cómodo, como si perteneciera ahí.

Marinette pasó saliva y se obligó a mirarlo.

—¡S-sal de mi habitación!

—Pero se supone que debemos crear un lazo.— Adrien dijo con un pequeño puchero.

Marinette lo miró confundida.

Adrien se había comportado como un idiota en la sala, remarcando su estatus como Alfa.... ¿pero ahora estaba haciendo un puchero como un cachorro? ¿Qué lado era el real?

—¿Q-qué lazo? ¡No necesitamos eso! ¡No quiero eso!

—¡Pero ya me gustas!— Adrien gruñó suavemente, golpeando la cama con su puño. Marinette se sobresaltó sorprendida por su gruñido; no porque tuviera miedo sino porque le hacía sentir que ardía por dentro.

—¡B-bu-bueno, t-tú no me gustas, así que v-vete!— gritó, sonando más como una cachorra que una loba.

Adrien sonrió ante el sonido y gateó acercándose y sentándose frente a ella. Marinette dejó salir un sonido dócil cuando se dio cuenta que estaba siendo atrapada contra el Alfa y la pared.

Mal movimiento.

—Hueles muy bien. ¿Cómo pudo pasar esto?— Adrien dijo más para sí mismo, inclinándose más cerca. Marinette apretó los ojos mientras trataba de evitar el súbito movimiento de Adrien, sin embargo, sintió ganas de soltar un quejido cuando Adrien fácilmente presionó su rostro a un lado de su hombro. —De verdad...hueles muy bien...

—¿G-gracias?— Marinette dijo tartamudeando, aferrándose al cobertor.

—¿Por qué luces como si tuvieras miedo? No es como que voy a hacerte algo.— Adrien susurró.

Marinette abrió los ojos y gritó al ver el rostro de Adrien muy cerca del suyo.

—¡R-retrocede!

—¿Por qué?— el Alfa dijo descontento, acercándose más.

Marinette mostró los dientes y gruñó suavemente, sin embargo, provocó otra sonrisa en Adrien.

—Tu voz es adorable. Quiero...guardarte en mi bolsillo y esconderte para siempre.

—¡¿Qué?!

—Eres perfectamente adorable.

Marinette resopló porque...Marinette Dupain-Cheng no era adorable. Suavemente empujó a Adrien por los hombros, sentándose erguida en la cama.

True Mates (Adrinette) (+18) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora