Narrador
Sus manos le temblaban, ella siempre pensando con la cabeza fría analizando las cosas, ahora no sabía ni que decir, o como reaccionaria su esposo. ¿Su esposo? ¡Su esposo! Carajo no se dio cuenta de la hora, el rubio cenizo debía estar por llegar y ella ni siquiera podía pararse, al pensar en él nuevamente comenzó a llorar tapándose la cara con sus nada femeninas manos, la desesperación casi no la dejaba respirar, con mucho esfuerzo se levantó y se miro al espejo, estaba horrible con el pelo desordenado, sus labios y nariz rojos, sus ojos inchados y apuntó de soltar más lágrimas y lo hizo, comenzó a llorar de nuevo, pero ésta vez acomodando un poco todo, ni se había dado cuenta de la llegada su esposo, quién al no verla en el piso de abajo subió al de arriba, hasta que escucho el llanto ahogado en el baño y comenzó a tocar la puerta de forma desesperada asustando a la mujer que estaba adentró.
Katsuki: ¡Que me habrás mujer! -le grito forzando el pomo de la puerta hasta que la chica suspiro de forma pesada dejando escapar otro sollozo para luego abrir la puerta y ver a su esposo con la mirada entre preocupada y furiosa, ahora aún más preocupada al ver a su mujer llorando, ya que esta no era de llorar por romperse una uña- ¡¿Que te sucede?! ¡¿Alguien entró aquí?! ¡HABLA DE UNA PUTA VEZ!
Tsuyu: ¡Katsuki-kun, estoy embarazada! -le grito de la misma forma al chico el cuál se congeló en su lugar, la chica al verlo sin reaccionar tomo rapidamente el telefono fijo y llamo a la madre del chico- Mitsuki-chan por favor ven, es urgente, Katsuki-kun no reacciona y tengo miedo
Mitsuki: Que hizo este mocoso ahora para alterarte, tranquila Tsuyu-chan, justo estaba llendo en camino para hablar contigo, ¿Espérame si? No entres en panico -le dijo para luego colgar y dejando a una bulnerable chica junto al explosivo casi cadáver, de su esposo-
En cambió este ahora entendía el carácter de su esposa esos últimos días, ¡claro! Ahora entendía por estaba tan sensible, era producto de las hormonas del embarazo, este aún sin dar crédito a lo que escucho por parte de la peli-verde comenzó a caminar hacía el primer piso, luego de bajar siendo seguido por su esposa, abrió la vitrina llena de licores exoticos que su esposa le regalaba cada navidad y tomo una de la botellas de la parte de arriba para luego abrirla y con un bazo de vidrio empezar a degustar su sabor.
El timbre sono y ya no vio a su esposa, dedujo que por los nuevos gritos que se escuchaban en su casa, la bruja de su madre había llegado para sermonearlo, estas entraron para verlo abrir la segunda botella que más le llamó la atención.
Mitsuki: Vez Tsuyu-chan te dije que era mala idea regalarle alcohol.
Tsuyu: ¡Katsuki-kun, por favor ya no tomes!
Katsuki: ¡CÁLLATE! -dijo con furia y un leve sonrojo de borrachera haciendo que la chica incline la cabeza, Tsuyu alterada se fue escaleras arriba y Mitsuki suspiro cuando escucho la puerta ser azotada, su hijo nunca se atrevería a gritarle una cosa así a su esposa-
Mitsuki: Bueno ya basta, deja eso, sólo te haras daño y le haras daño Tsuyu-chan -dijo para luego quitarle la botella con el líquido marrón claro que el rubio cenizo quería tomar, su madre le quitó las granadas de su traje de héroe junto al antifaz- Ahora vas a subir y te darás una ducha fría, para que se te calmen las ideas por que si sigues así me llevaré a Tsuyu-chan a que venga a vivir conmigo y tu padre -su hijo la fulmino con la mirada, ¡¿De que carajo estaba hablando la loca de su madre?!- No me mires asi anda, anda. Volveré mañana temprano
El rubio cenizo asintió en afirmación mientras subía las escaleras, al ver la puerta de su habitación quiso tocar pero frenó con un suspiró y camino hasta el baño, una buena ducha le sacaría lo borracho, luego arreglaría el lío en el que se había metido por no pensar con la cabeza fría.
