Peeves [Hansy]

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Declaración: Los personajes del mundo de Harry Potter le pertenecen a J.K Rowling. Rated:T

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Día 2: Peeves

—Ya Potter deja de gritar... que me dejas sorda...

—¡Mira Parkinson yo tengo mejores cosas que hacer que estar encerrado contigo...tenemos partido en tres horas! —añadió exaltado.

—Ese estúpido fantasma debe estar lejos de aquí, si es que recuerda que nos dejó encerrados... —respondió ella.

—¿Qué rayos hacías en este armario de escobas? —dijo gritando nuevamente.

—¿Y a ti qué te importa? —respondió bajando la vista.

Harry notó el cambio en su semblante —Yo... Parkinson... ¿estás bien?

—Si si si... tenemos que ver cómo salir de aquí, ya me duelen las piernas estando de pie.

Harry se removió un poco y notó una caja junto a ellos, movió el brazo para correr algunas escobas —Puedes sentarte aquí, —le dijo a la chica mirando la caja.

Ella lo miró sorprendida por la preocupación y luego miró la caja. Asintió y ambos giraron sus cuerpos bastante cercanos por lo diminuto del armario. Una vez sentada miró al frente y se encontró con la entrepierna de Harry, que ya andaba con su uniforme de Quidditch.

—Yo... ¿puedes girarte un poco? La vista es incómoda.

Harry enseguida notó a lo que se refería y con su cara roja de vergüenza se ubicó de lado.

Diez minutos después de varios gritos de Harry pidiendo ayuda que se iban apagando, la interrogó: —¿Cómo puedes estar tan tranquila?

Pansy abrió los ojos, de un intenso verde brillante que llamó la atención de Harry, que nunca la había visto de cerca.

—Potter ya mucho he aguantado tus gritos y estar en un espacio tan reducido contigo. No molestes. Yo debería preguntar que hacías en este armario de escobas si tú tienes tu escoba. —respondió mirándolo fijamente.

—Bueno, me dijeron que aquí quedaban escobas, porque a Ron se le rompió su escoba y...

—No me interesa...

—Tú preguntaste... —respondió confundido y un tanto molesto; nadie lo mandaba a ser amable con la bruja, se sentía tonto. Se removió incómodo, por llevar una hora de pie en ese armario.

Pansy bufó y se levantó lentamente —Ven siéntate tú, después de todo tienes que jugar pronto y vas a estar todo molido.

Harry sin discutir se intercambió lugar con ella, pero dio un respingo cuando su entrepierna rozó el trasero de Pansy. Esto despertó esa particular parte que permanecía dormida y tras ese descubrimiento Harry se puso nervioso nuevamente.

No obstante, para Pansy no pasó desapercibido el roce con Harry y sonrió con picardía, su plan estaba funcionando y si no calculaba mal en una media hora alguien aparecería. Luego de un rato se empezó a quejar.

—Puedes sentarte aquí —dijo Harry cuando la escuchó quejarse otra vez de la mala suerte de haberse encontrado con Peeves.

Ella lo miró y asintió. Se sentó sobre las piernas de Harry, que se quedó inmóvil, recordando el roce anterior y ahora tenerla tan cerca se volvía más incómodo.

—Relájate Potter, parece que estuvieras frente a un dementor, si quieres me puedo levantar otra vez... —dijo con ademán de levantarse, pero la retuvo de la cintura y la volvió a sentar en sus piernas.

—No importa, al final tampoco es tu culpa haber entrado al armario después que yo y que ese fantasma nos empujara a ambos... si hubiera tenido mi varita, ya hubiéramos salido. ¿Y la tuya?

—La dejé en mi habitación, podría jurar que lo que siento debajo de mí era tu varita... —dijo con una sonrisa pícara viendo como Harry se ponía colorado.

—Yo... yo... lo siento... no sé qué pasó... no quise qué...

Pansy sonrió ante la ternura que le daba ver a Harry tan nervioso por tenerla en las piernas con su "amiguito" despierto. Levantó el rostro del chico con la mano y lo besó.

Para Harry fue muy sorpresivo, pero no pudo apartarse, porque no tenía el espacio y porque se sentía realmente cómodo junto a esos suaves y cálidos labios, Cuando sintió que Pansy se alejaba para terminar el beso la acercó por la cintura demandando más.

Ya no le importó el partido que comenzaría en una hora. No importó que probablemente todos estarían buscándolo. No importó que fuera precisamente Pansy Parkinson la que sentada sobre el besándolo cada vez con más intensidad... No importó que...

La puerta de repente se abrió con fuerza, dando lugar a una sorprendida Hermione: —¡Harry!

Ambos chicos se separaron de golpe, rojos, agitados y con un dejo de felicidad en el rostro. Hermione con un pergamino en su mano volvió a juntar la puerta y susurró: —Lo siento, no sabía que... el mapa los mostraba y... yo... perdón...

—Creo que nos han rescatado... suerte en el partido, estaré en las gradas—dijo sonriéndole a Harry, para luego depositar un último e intenso beso en sus labios.

Pansy salió empujando suavemente la puerta y sonrió a Hermione quién le devolvió la sonrisa. Ésta se asomó al armario y miró a su amigo interrogante.

—No preguntes, después te cuento —sonrió él.

—Ok, pero quiero todos los detalles Harry James Potter... ¿Parkinson?

—Dame un respiro que ahora debo pensar en un partido.

—Ufff suerte con eso —le dijo su amiga palmeando el hombro del moreno mientras se dirigían al campo de juego.

Para Pansy su plan de conquistar a Harry Potter había comenzado bastante bien. Aunque había tenido que pedir ayuda, el hecho de ver a Hermione seguido en su sala común junto a Draco, le había dado la confianza para pedirle consejos.

Aún quedaba mucho que hacer en su plan de conquista.

Fictober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora