Fictober 2020

Chocolate caliente [Dramione]

Declaración: Los personajes del mundo de Harry Potter le pertenecen a J.K Rowling. Rated: M.

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Día 3: Chocolate caliente

Hermione acostumbraba tomarse un chocolate caliente todas las mañanas en su despacho. Le daba alegría y energía partir el día con algo dulce.

—Cómo extraño el aroma del chocolate caliente...

Hermione alzó la vista hacia el cuadro del Ex director de Hogwarts, Albus Dumbledore y le sonrió.

—Es lo más delicioso por las mañanas director... Buenos días —saludó respetuosamente Hermione.

Un pequeño golpe en la puerta los distrajo levemente, tras abrirse entró enfundado en su capa negra el actual profesor de Pociones con una taza de café en la mano.

—Buenos días Directora, director —dijo el recién llegado saludando a la mujer y al cuadro.

—Buenos días Profesor —respondió ella con una sonrisa.

—Buenos días profesor y hasta luego, iré a ver a otros cuadros —dijo la imagen de Albus retirándose de la vista del resto.

Una vez quedaron solos, el recién llegado comenzó a acercarse al gran escritorio.

—¿Cómo amaneció mi directora favorita? —preguntó él acercándose sigilosamente cual serpiente junto a ella.

—Muy bien profesor, ¿y usted? —dijo tomando otro sorbo de su chocolate.

—Salud —dijo él, levantando su taza de café en el aire y tomando un sorbo, se apoyó en el gran escritorio, sin dejar de observar a la mujer junto a él.

Hermione rió nuevamente y dejando su tazón en el escritorio se levantó para saludar al sexy profesor.

—Tenemos el desayuno en el gran comedor en media hora... —le susurró acercándose a sus labios.

—Tiempo suficiente para mí, te arrancaste temprano de la cama —respondió él acercándola por las caderas.

—Tenía que enviar unas cartas por lechuza temprano, soy una mujer muy ocupada profesor Malfoy...

—Ese es un gran problema, Directora Malfoy, no debería descuidar sus "tareas" mañaneras...

Hermione rió sobre los labios de su esposo, risa que se apagó por los besos que se daban mutuamente. Les divertía jugar con sus cargos laborales en Hogwarts, aunque ella trataba de cuidarse bastante de las miradas de estudiantes, profesores, fantasmas y cuadros. Draco en cambio disfrutaba de acorralarla en los rincones del colegio, como dos adolescentes.

—Creo que alguien también despertó —comentó ella mientras besaba a Draco.

—Bastante temprano, pero nadie le hizo caso —contestó haciendo un puchero.

Hermione le desabrochó el pantalón y metió la mano en su interior, encontrándose con la entrepierna de Draco... —Aún nos quedan veinte minutos —le susurró en el oído coquetamente.

—No se diga más, lo que mi directora favorita ordene —se levantó del escritorio y la levantó por las caderas sentandola en el espacioso escritorio, ella abrió las para permitirle apegarse más a ella.

Aún tenían deberes que cumplir en el trabajo, pero tenían tiempo antes de empezar la jornada laboral, todavía eran el matrimonio Malfoy-Granger, la directora más joven en el último tiempo y el profesor más sexy que hubiera tenido pociones.

"No solo se necesita una taza de chocolate caliente para iniciar el día, también hay otros incentivos que te dan energía"... pensó Hermione durante el desayuno en el gran comedor, mirando de soslayo al profesor de Pociones quién se tomaba su segunda taza de café del día.