𝓝𝓸𝓷 𝓼𝓽𝓸𝓹

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Narrador omnisciente

En un pequeño pueblito a las afueras de Bucheon, se acababa de mudar una pequeña familia que tenían fruto de su amor a un lindo chico, con una sonrisa tan peculiar que parecía un pequeño Cachorrito, era con la cual enamoraba a todo aquel que tenía la oportunidad de conocerlo...

Andaba como siempre despistado y distraído, en su mano derecha llevaba su botellita de gato con leche de fresas sus favorita, como era tan despistado olvidó su nuevo horario, por lo que se asustó y apenas cruzó el portón del colegio, se hecho una enorme carrera por los pasillos de la institución eran las 8:00 a.m era su primer día y ya llegaba tarde al colegio, no sabía dónde estaba su salón y menos la sala de profesores, la pequeña masita corría  lo más rápido que sus pequeñas piernitas le permitían, pequeñas gotas de sudor caían por su frente, sus enormes anteojos de pasta ancha caían por el puente de su nariz, los cordones de sus tennis estaban sueltos, que mientras corria se enrrederon con sus pies, qué no sé dio cuenta que había una persona caminando en su dirección, hasta que choco con un duro pecho...¡PLASH!
Al suelo fue a dar, su trasero dolía como el infierno, su leche de fresa, cayó derramada por todo el pasillo, miraba todo su rica leche en el piso con un puchero, estaba apuntó de llorar.

Casi a el segundo que quería levantar su  cabeza, escucho una voz a su lado quejándose al igual que el.

Yah! ¿Qué no ves por donde vas?
-Escucho que le gritaron-

P-p, PERDÓNN!!!
-exclamo ofendido la pobre masita.-

Tu debiste esquivarme, brutote, además regaste mi lechita
-decía con voz quebrada aunque el alto tenía razón, el pequeño siempre quería llevar la razón-

¿Qué? - lo mira con cara ofendido-
—¡El que debería de fijarse eres tu!—

—¡JA!- aparte de idota también....
-La pequeña masita subió su cabeza y vio a el tipo tamaño poste que tenía frente a el y sí, sus piernitas temblaron como gelatina a medio estar, el tipo era jodidamente caliente, con su pantalón de cuero apretado, sus grandes botas y ese pircing en su labio y ni de hablar de sus tatuajes por sus grandes brazos, su camisa negra oculta por su chaqueta de cuero era el infierno mismo,qué Dios lo ayude sí no está botando babas por su boquita-

—El que iba distraído eres Tú
  -dijo molesto la masita -

—¿Qué decías? Yo iba bien, tú que ibas distraído en las nubes quizás, no te fijaste, Además... ¿QUIÉN JODIDO TONTO CORRE POR EL PASILLO EN PLENA MAÑANA? —

Ah! No! A mi no me hablas así
-hablo mostrando un tierno puchero-

El alto lo miró sorprendido, no quería hacerlo llorar tampoco, él alto era alguien muy enojon,rudo la mayor parte del tiempo, y jodidamente millonario, todos las personas le caían mal, aparte de su círculo social no se disculpaba con nadie mucho menos con ese chico bonito.

En eso ve que el chico se hecho a llorar y entra en pánico, ya que consolar a las personas no era su fuerte, le mira con una ceja alzada sin dejar de fruncir el ceño.

—No llores ya no importa, apártate del feo camino. —

Hablo seriamente, para seguir su camino, dejando al pequeño en el piso llorando todavía.

Hey chico mira... No llores si eres muy bonito para llorar ahorita te vez feo si sigues llorando

Escucho otra voz a su espalda, era otro chico pequeño cómo él con labios en forma de corazón,y pelo negro como la oscuridad, se agachó a su altura y lo envolvió en sus brazos, mientras le hacia círculos en su espalda

Cook Cheep Donde viven las historias. Descúbrelo ahora