Jiyong y Chan tienen una conexión que no son capaces de disimular por mucho que lo intenten. ¿El problema? Los escándalos de citas están muy mal vistos y eso puede suponer el fin de sus carreras.
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Cuando Jiyong y Chan t...
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Kim Ji-yong es el claro ejemplo de que aunque tu sueño se trunque, puedes adaptarte y buscar otra forma de cumplirlo. Lo vivió de primera mano, una grave lesión en la rodilla la apartó de una más que prometedora carrera como idol y lejos quedan sus años de trainee junto a su gemela, Kim Jisoo.
Tampoco es que pueda quejarse, está considerada una de las actrices más de moda en Corea, a la par que uno de los rostros más cotizados para las marcas para anunciar sus productos. Aunque por muy conocida que sea en su país natal, lejos de este la que es famosa mundialmente es su hermana, siendo miembro de la mejor girlband del mundo.
No es que eso le moleste, ni mucho menos, adora a su hermana y está más que feliz de que ella lo esté. No obstante, siempre tendrá esa espinita clavada de lo que podría haber ocurrido si no se hubiese lesionado.
La otra cara de la moneda es Bang Chan, que no puede quejarse de cómo es su vida, lo tiene casi todo en su opinión: es el líder de uno de los grupos masculinos con más proyección del panorama musical actual, considera a los miembros como a sus hermanos y los adora, y su nombre empieza a estar en las listas de idols más influyentes en la actualidad.
Cuando Jiyong y Bang Chan se conocen, más allá de los simples saludos casuales por pertenecer a la misma empresa, por tener que trabajar juntos en un videoclip, conectan de inmediato.
Él la hace reír como pocas personas logran, consiguiendo que se olvide de sus fantasmas; ella le hace ver la vida de un modo distinto, más allá del simple éxito fácil y rápido.
Sin embargo, en un mundo en el que las relaciones amorosas entre idols no están muy bien vistas y hay normas que las prohiben, en el que las fans pueden llegar a ser demasiado intensas, y en el que la presión es excesiva, ambos saben que un escándalo de citas puede poner fin a sus prometedoras carreras de un día para otro.
Ninguno de los dos está dispuesto a arriesgar años de entrenamiento y dedicación por algo que puede no tener futuro, pero por mucho que intentan evitar sentir lo que sienten, les es imposible, y más cuando parece que el destino les hace tener que trabajar juntos en más de una ocasión.
¿Podrán compaginar sus vidas laborales y personales? ¿O se quedarán en el camino como muchos otros enfermos del amor?
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