⊱ third of December ⊰

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Era tan distinto a cómo se lo había imaginado.

Taehyung jadeó y el cuerpo sobre él se estremeció, reaccionando a los toques que el mayor daba por su cuerpo, a los besos que repartía por su mentón, su cuello, sus clavículas. Manos grandes y traviesas haciendo su camino por la espalda curvada en placer del otro, palpando la suave piel hasta llegar a sus glúteos, donde amasó y juegeteó a su antojo.

Jungkook estaba extasiado, drogado de Taehyung y cuando sus bocas se unieron en un gemido desesperado, no pudo hacer más que moverse y moverse sobre su pelvis como si el mayor fuera su fuente de vida, como si perteneciera ahí, en su regazo. Apretó los cabellos en sus manos con fuerza, estirando el cuello de Taehyung y comenzó a lamer y succionar marcas, quizás queriendo decir sin palabras que el mayor era suyo, que le pertenecía, que podía hacer con él lo que quisiera.

Incluso si era mentira.

Taehyung se dejó llevar por la sensación absorbente de estar siendo prácticamente usado para el placer ajeno, respirando por la boca con los ojos dilatados y es que Jungkook era tan hermoso, que aunque sus instintos le ordenaran cerrar los ojos y dejarse ir, no podía evitar mantener la vista fija en el rostro perfectamente contorsionado del pelinegro, en su boca entreabierta, en sus labios dilatados y rojos, en sus mejillas brillantes y enrojecidas, en sus ojos oscuros y penetrantes.

Todo él, le encantaba.

ㅡDebemos p-parar.ㅡse encontró diciendo, pero sus manos afianzaron el agarre en el trasero del menor, apegándolo a su cuerpo como si estuviera tratando de fundirse en él, con él.

Una sonrisa surcó los labios del menor y con toda la sensualidad que había rebajado a Taehyung a sus instintos más primitivos, se encontró deslizando su lengua en el cartílago de su oreja, mordiendo poquito para luego decir.

ㅡPárame.

Taehyung sintió que se perdía por segunda vez, reclamando la boca de Jungkook quizás en un intento de callar a su conciencia que le pedía a gritos que detuviera aquello, que parara porque estaba montado en una montaña rusa y la caída se veía dolorosa. Enredó la lengua del menor en la suya, sintiendo los dientes traviesos de Jungkook morder su labios, estirándolos quizás para torturarlo, quizás porque lo disfrutaba.

ㅡJ-Jungkook, basta- ah...

Pero Jungkook estaba muy ocupado masajeando la erección cubierta por la tela del bóxer de Taehyung, observando las reacciones del mayor y era tan precioso y prohibido, Jungkook se encontró deseando ser dueño de esta vista, de sus reacciones, de su placer, dueño del hombre bajo él.

Dueño de Kim Taehyung.

Mordió su labio y sus dedos bajaron la tela, descubriendo por completo el pene del mayor y este se apresuró a rodear su muñeca, tratando de mantenerse lúcido porque Jungkook no estaba jugando limpio y él se sentía débil.

Débil y enamorado.

ㅡVamos, hyung.ㅡsonrió y era tan bonito, mierda, Taehyung no exagera cuando piensa que esto es lo último que quisiera ver antes de morirㅡ. Déjame hacerlo.

Todo lo que recibe es silencio porque el rubio está más ocupado en tragar saliva para contenerse de acostar a Jungkook en su cama y hacerlo suyo allí mismo que de negar lo que el menor pretende. Dicho muchacho agranda su sonrisa al ver la mirada embobada de su hyung, con los labios abiertos húmedos y brillantes y decide comenzar a masturbarle, notando el brillo en sus ojos intensificarse cada vez que bajaba la mano y se llenó de la vista, aumentando la velocidad para comprobar si el mayor podía retorcerse más en placer.

HeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora