Es tiempo. Pero... de qué?
Sabemos que tenía que suceder algún día, pero que es lo que iba a suceder?
He estado aquí desde el viernes pasado, en la fría y oscura calle donde nos vimos la última vez.
Siento aún el cálido y escandaloso olor que transpirabas, una combinación del perfume tan caro que habías comprado y el de tu sudor por haber corrido hasta este lugar.
Tus hermosos ojos cafés eran remarcados por la luminosidad de un foco de la casa de la esquina y tu sonrisa apenas se dejaba ver en la negrura de la noche.
Denotabas cansancio y desesperación, pero lo olvidaste después de un rato al empezar a hablar conmigo, sonreíste y dejaste todo atrás para poder disfrutar todo lo que nos faltaba por hacer.
Así hasta que tuviste que irte.
El día soleado y alegre se tornó oscuro y lúgubre, mi mundo se derrumbó en segundos. Sentí que mi pecho se contraía y trataba de asfixiarme en un intento de suicidio.
En ningún momento me diste alguna explicación del porqué te habías ido, solo tomaste tus cosas y desapareciste así sin más.
He escuchado rumores de tu desaparición, y espero que estes en un lugar mejor, siempre me reclamabas que deseabas tener más tiempo para descansar, y ahora creo yo, que tienes muchísimo tiempo para hacerlo donde quiera que estes.
Ahora solo me queda esperar tu regreso, pero poco a poco empiezo a escuchar tu voz cada vez más cerca con el pasar de los años, y ahora, siento tu voz al lado de mi, es tiempo de partir e irme contigo a donde quiera que estés y disfrutar del descanso que has tenido hasta este momento.
