"¿Dónde putas se metió?" Suspiró con desgano observando los alrededores, solo podía ver gente que no conocía, cualquier color de cabello menos el amarillo eléctrico que estaba buscando.
El gato que tenía en su poleron escondido maulló.
Busco por dónde los loros, los monos, las jirafas, los hipopótamos, los tigres y los osos pero en ningun lugar estaba. Tal vez se canso de él y no quería acompañarlo más, pensó.
Todas las personas se cansaban de el en algún momento, no era novedad.
Pero quería pensar que aquel rubio roba Ferraris iba a estar más tiempo con el y no lo iba a dejar así como tal.
Camino hacia la zona de los leones.
"Tal vez se cayó y lo están comiendo vivo." Pensó.
Miro a sus alrededores por milésima vez.
No estaba, solo había gente, mucha gente.
Demasiada.
Juraba que la multitud se multiplica a cada segundo, cada vez había más gente empujándolo a un lado, más de una vez casi cae contra el piso, el bullicio de las voces empezó a hacerce un ruido agudo y su cuerpo entero empezó a temblar.
No le gustaban las multitudes.
Lo hacían sentir juzgado.
Sentía sus miradas recorriendo su cuerpo.
Tenía miedo de las miradas, tenía miedo de verlos a la cara y ver una sonrisa y ojos burlones.
Apretó levemente al gato que tenía dentro con sus brazos, el cual ronroneo bajito.
Quería salir de allí, lo más pronto posible si se podía.
Su pecho empezó a subir y bajar rápidamente, no podía respirar adecuadamente, su respiración era entrecortada y rápida. Sus ojos empezaron a cristalizarse poco a poco, amenazando con empezar a botar gotas de agua saladas. Su cuerpo temblaba levemente.
Quería vomitar.
La gente empezo a asfixiarlo cada vez más, sus pies se movían al compas de los empujones.
Lo estaban llevando a un lugar que no sabía cuál era.
Cada roce con las personas lo ponían nervioso.
Para su mala suerte los síntomas empeoraron cuando alguien por alguna extraña y maldita razón paso la mano por su glúteo izquierdo.
Empezo a llorar, si antes podía respirar ahora ya no podía, su visión estaba nublada, no podía distinguir nada, los ruidos se hacían cada vez más fuertes, las ganas de vomitar aumentaron.
Un empujón más y sintió su cuerpo pasar por algo y luego caer.
Cayó.
Cubrió su estómago, donde estaba el gato. Si alguien iba a morir allí quería ser el en vez del gato, aún tenía una vida para vivir, tal vez encontraría una casa y unos buenos sueños.
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¡Tu, el chico que va a saltar! || shinkami
FanfictionShinsou planeaba terminar con su vida en su cumpleaños, pero un chico muy estúpido y que no conocia lo detuvo. Una historia estúpida y sin sentido. • Historia corta. • Intento de comedia. • No contiene smut. • Si algo no tiene sentido es pq lo escri...