GERANIUM: CALORIAS Y VALENTÍA (2)

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A pesar de que los pasos del reportero eran opacados por el ruido que hacía Geranium al masticar, era imposible ignorarlo, ahora estaba obeso, había subido tal vez 40, o quizá 50 kilos debido a la deliciosa comida que aun le hacía ojitos, per eso no importaba ahora mismo. Él trataba de manejar la flácida panza que sobresalía y aguantar el peso de sus anchas caderas.

Oscuridad y retumbantes goteos eran lo que antes ambientaban esta cueva, pero ahora, había otros sonidos, desde la masticación de Geranium hasta pequeños eructos en el fondo. James reviso nuevamente la habitación, para ello no tuvo más opción que cargar con ambas manos su panza, dio lentos pasos hacia un cuadro de la habitación que de vez en cuando parecía temblar, sin haberse percatado, le estaba dando una muy buena vista a Geranium.

-Fiuuu Fiuuu

El reportero termino sonrojado por un silbido que venía de parte del superhéroe y recordó que ahora sus calzoncillos se hallaban expuestos por la ruptura de su pantalón, inclusive pareciera que estos tampoco iban a soportar mucho más. A pesar de que James estaba avergonzado, en parte había disfrutado aquello, recordó aquella vez en la que Geranium se le quedó viendo el trasero y parecía que ahora confirmaba que eso le gustaba al superhéroe, de la misma manera, él se quedó mirando como la enorme barriga de Geranium estaba recargada sobre la mesa, alguna vez logró ver los abdominales tras el traje gracias a rasgaduras por la batalla, pero ahora admiraba aquella barriga enorme que seguía creciendo.

(Justo me das lo que tanto espero en un momento como este, ¡GRACIAS! De verdad gracias ¿no se te antoja de una vez regresarme mi billete de lotería, digo, ya que estas así de "generoso") Pensó James rabioso, muriendo por los huesos de Geranium y justo ahora él se muere por sus lonjas, vaya estafa.

James no tuvo opción, se tragó sus pensamientos lujuriosos y pegó su oreja al cuadro, su sensor por el aquello que contar, aquello que llama la atención y necesita ser contado le hizo capaz de captor ciertos ruidos extraños.

-Buuurp

-Ñam ñam ñam

-Sluurp

-Vamos cerdo, revienta ese uniforme

Su cara expresó confusión, aquello que escucho podría haber sido perfectamente una simple interpretación incorrecta de murmuros, pero eso solo se podría revelar de una sola manera.

-TA DA

Sus nuevos y flácidos brazos no eran para nada agiles, simplemente se agitaban dejando fluir su grasa con su movimiento, aun así, soltó su estómago causando que rebotara y quitó el cuadro en un lento movimiento, revelando una ventana que daba a otra habitación, una llena de respuestas y dudas.

-¿Qué esta sucediendo en este lugar?

Lo que vio James era claramente algo perturbador para alguien normal, sin embargo, la pequeña chispa fetichista que reside en causaba que sintiera una bizarra maravilla, algo que es totalmente repugnante COF COF.

Una habitación. Diez hombres. Comida, demasiada comida. Ropa con grandes rupturas en el suelo. ¿Cuál sería el resultado? Fácil... un escenario digno de ser retratado por algún profeta del Gordocalipsis

Tres guardabosques devorando una infinita montaña de hot cakes con mantequilla y grandes jarras de malteada, sentados sobre una mesa de picnic, el más joven recostado sobre el inmenso estomago de un oso plateado que destinaba gentiles trozos de los hot directo a su boca y que simultáneamente le daba de beber la malteada a otro mayor que él, para que finalmente el hombre de edad intermedia le diera tanto hot cakes como malteada al mayor de los tres, dejando migajas sobre su canosa barba. Así se complementaba el primer trío, tres hombres que se alimentaban mutuamente en un ciclo de glotonería sin fin. Robert era el mayor que ni siquiera tenía su uniforme puesto, Kevin era el más joven que dejaba que la camisa se levantara exponiendo su panza y Roger tan solo llevaba un pantalón que se empezaba a abrir de los costados.

55 fantasías de feederism y wg masculino para chuparse los dedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora