Capitulo 4

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-Te tardaste- dice el Jiang rompiendo el silencio. Su tono es duro pero seductor, como si cada silaba de la palabra se tardara en pasar a través de la lengua roja de su boca, antes abusada por su propia boca. Lan Xichen traga duro ante el recuerdo. Se ha quedado delante de la puerta incapaz de mover un pie por la tensión en sus músculos, el aire en el lugar está cargado de algo que él no puede reconocer.

La música retumba afuera pero en ese pasillo se escucha lejana. Lan Xichen se estremece con la voz del otro, pero su intriga sobre el objetivo de ese pasillo y esas puertas aún lo mantiene cauteloso.

-Lan Xichen- llama Jiang Cheng, su cuerpo pica de lo delicioso que es tener toda la atención del hombre sobre él, no sabe porque pero la mirada dorada es oscura y potente como si dentro se ocultara una bestia que estuviera encadenada-¿No vas a venir?

Ambos se miran por lo que parece una eternidad. Hay una horrible tensión en el aire que es casi palpable.

Lan Xichen no sabe que está bien o que está mal, cada fibra de su cuerpo esta tensionada debido a la fuerza de su voluntad por resistirse, no entiende porque, no entiende a que está jugando Jiang Cheng, lo único que sabe es que si va hacia él, todo habrá terminado.

Pero tal vez es lo que ha querido todo este tiempo. Tal vez Jiang Cheng es lo que siempre ha estado esperando.

Dando zancadas duras y fuertes atraviesa el pasillo, su respiración es errática una vez que llega frente a Jiang Cheng. Ambos se miran, el menor exhala temblorosamente, Lan Xichen está a un paso de distancia de él, su fuerte pecho musculoso sube y baja como una bestia a punto de atacar, sus ojos cobre son tan intensos que Jiang Cheng siente sus piernas temblorosas y débiles. Jiang Cheng se muerde el labio reteniendo la necesidad de posar su mano en el musculoso pecho del mayor que sube y baja de forma errática y feroz.

Se miran profundamente por un corto tiempo hasta que el Lan corta el último tramo de distancia entre ellos, sube su mano y sujeta el cuello del menor, Jiang Cheng tiembla ante el tacto de los callosos y gruesos dedos de Lan Xichen en su garganta y quijada.

Lan Xichen cepilla con su nariz la mejilla de Jiang Cheng haciendo presión en el pulso del menor con sus fuertes dedos, el olor a cítricos invade sus fosas nasales y él cierra los ojos encantado, suspirando.

Sus frentes juntas se acarician, los labios de Lan Xichen están a pulgadas de los de Jiang Cheng repasando su cálida piel antes de que el Jiang de forma temblorosa ponga sus manos en el fuerte pecho del más alto para empujar casi sin fuerzas el enorme cuerpo fuera de él.

Jiang Cheng siente palpitar todo su interior con necesidad, Lan Xichen es el primer hombre que ha logrado sacar la racionalidad de su mente y reemplazarla con olas violentas de pura y furiosa excitación y deseo. Quiere ser follado, duro y malo, lo desea tanto que la necesidad retuerce sus entrañas.

Recostado en la puerta blanca mira con diversión como la expresión de su compañero se vuelve dura, la mandíbula de Lan Xichen esta apretada, algo feroz y frío se arrastra en esos ojos cobre ante los actos despreciativos de Jiang Cheng, pero para él no es más que divertido ver a su compañero perder los estribos solamente por su persona.

-Quieto- amenaza, autoritario y feroz como es él, pero aún puede sentirse la excitación cargando cada silaba de sus palabras. El control y la sumisión siempre lo han prendido, no es juego para todos, cualquier otro habría perdido los papeles frente a sus acciones y sus palabras, pero Lan Xichen no. El hombre era absolutamente capaz de forzar a Jiang Cheng a hacer lo que él quisiera con esos fuertes brazos pero parecía obediente a sus palabras. Eso le gustaba, presionaba los botones correctos dentro suyo.

"Good in Bed"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora