Moments | Jim Lake Jr.

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Female reader 😔✌

Nunca le había dado tanta atención a los pakis, fuerte.

Amoadarle-






—Es que no puedo, simplemente no puedo decirle— se lamentaba una y otra vez desde que había entrado por la puerta principal y lo habías sentado en tu sillón, después de estar un tiempo con Bárbara en el hospital— Quise prometerle que si le diría, pero, ¿le dirías? ¿podría alguien ir y decirle a una madre con la suficiente angustia que su hijo está en peligro de muerte todo el tiempo?

—Cierto, es verdad, pero técnicamente no accediste a ninguna promesa, ¿no? No estás incumpliendo nada— le dijiste, porque, era cierto, ¿y si se enteraba tu familia de que estabas vistando otro mundo de noche? Que vivías luchando para que todas las cabezas pudieran dormir para despertarse otro día más, que intentabas encontrar a un bebé cambiado, uno de muchos, y que te habías convertido en alguien que duerme menos para poder mantener dos vidas paralelas en funcionamiento, ¿cómo dices eso?— Ninguno de nosotros ha dicho a nadie que hacemos lo que hacemos.

—Pero desobedecer y mentirle a la cara a las personas que más importan, ¿eso no es peor?— preguntó— Tengo miedo.

—Regla número uno, Jim, regla número uno. Todos tenemos miedo— Él negó.

—Tengo miedo de morir, porque si deben explicarle a mi madre, ¿qué le pueden decir?

—Se calló de su moto por mirar el celular. Esa es clásica— dijiste, en realidad muy seria. Jim sonrió con amargura.

—¿Por qué me pasaría eso?— hiciste señas de "no lo sé".

—Porque eres uno de estos jóvenes de hoy en día— dijiste imitando una voz de algún adulto al que habías escuchado quejarse de la juventud. Le tomaste el hombro, recuperando la seriedad— Sufres mucho para tu edad, de todas formas, y no debería ser así.

—Es lo que nos toca, alguien tiene que hacerlo— asentiste, dio en el clavo.

—Exacto, y precisamente porque nosotros tiramos de los hilos, el resto puede comer tranquilamente todas las mañanas un desayuno, mientras que nosotros vivimos lo que ellos no vivirán en diez vidas— miraste el reloj de la pared— ¿Lo del baile sigue en pié?

—¿Quieres ir?— preguntó, sorprendido, porque la primera vez te negaste.

—No, después de casi partirme la espalda con un golpe de Angor Rot, no. Tú deberías ir, te están esperando a ti— Jim levantó las cejas, y lo meditó un momento.

—Con todo lo de ésta noche, creo que un baile es lo de menos. Me quedaré aquí, esperemos algo de tranquilidad antes de que algo explote.

—O quiera matarte.

—O quiera matarme— reafirmó— y tenga muchas ganas de hacerlo.

—Y que tenga de esos monólogos súper trágicos de villanos de dibujos animados, esa es la mejor parte— afirmaste con gracia, Jim se rió ligeramente— Ya no sufres tanto, ¿verdad? Siempre volvemos en una pieza— él hizo una mueca algo melancolica— No sufras, te lo ordeno por... ¿la luz del día?

—Bien, pero es de noche— besó tu mejilla— Y la luz del día está bajo mi mando, mis órdenes.

—Cállate— dijiste abrazandolo de costado, y lo hiciste hasta que su codo tocó el golpe que habías recibido en una costilla— Oh, Dios, no entiendo como caminan con diez balas en las piernas y siete costillas rotas en las películas.

—¿Estás bien?— preguntó.

—Tengo, literalmente, una cosa enorme aquí— dijiste redondeando la zona afectada— Bueno, hoy no hay nada, pero mañana parecerá que me tiraron piedras.

—Técnicamente...— quiso decir.

—Angor Rot es de piedra, bueno, me golpeó una roca con cara— y Jim se rió, realmente quería más momentos de paz.

El teléfono sonó, y él contestó.

—¿Clara? ¿Sucede algo?— preguntó— Estoy con...— quiso avisar.

¡No importa ahora! Angor Rot se robó mi bolso, y dentro está la llave de... Jim te miró preocupado.

—Angor Rot se robó el bolso de clara, y tenía la llave de Mercadotroll dentro— te avisó, y te masajeaste la costilla— Vamos a la escuela en un momento— dijo a Clara.

—Paz, ni tres segundos. No me pagan lo suficiente— dijiste levantandote del sillón.

—¿Puedes pelear? ¿puedes correr siquiera?— te preguntó sosteniendo su amuleto.

—No hay ninguna chance de que me pierda estar en un evento histórico— comentaste estirandote para poder acostúmbrate un poco al dolor que, si te concentrabas un poco, desaparecía.

—¿Segura?— preguntó mientras caminaban a la puerta.

—Estamos viviendo la rutina, ya nisiquiera recuerdo como pasaba mis noches antes de ésto— le aseguraste después de cerrar la puerta principal y guardar las llaves bajo la usual maceta. Empezaste a correr— Salvemos al mercado y tengamos un momento de paz.

Porque, aún siendo un guardián, un superhéroe, un ángel, aún necesitas ocuparte de encontrar una calidez. Esa calidez es la paz que ambos sentían cuando simplemente hablaban.





HoOIa pipiiIiii ahre viejo

Esteeeeee, no es lo mejor del mundo, pero quería subir algo, porque estoy muy activa en los oneshots de jibaku shonen, pero como que Arcadia lo tengo ahí empolvandose todo.

Resulta que cuando en mi casa hay visitas tengo que ser una pinturita, y a veces me escapo para sentarme en una esquina y aburrirme en paz, entonces se me ocurrió ésto, así que acá está.

Annsta la próximaAaaAa

Tales Of Arcadia || OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora