16. Un amor de ensueño- Primera parte - Mewgulf Terminada

Catorce

Mew no podía dormirse y no paraba de dar vueltas en la cama.

-Maldita sea, ¿qué voy a hacer si él se va?-se dijo muy preocupado-...No creí que finalmente se volviese tan importante para mí pero lo ha hecho y debería hacer algo para que no se vaya.

Finalmente se levantó y de puntillas fue hasta la puerta del moreno, dudó si entrar pero muy despacio abrió la puerta y se introdujo en la habitación caminando a tientas hasta la cama.

-Gulf, ¿Estás despierto?-susurró.

Este se revolvió en la cama pero no se despertó, entonces el mayor se acercó más a él y se le quedó mirando un buen rato.

-No quiero que te vayas -comenzó a hablar en voz baja-... eres realmente un fastidio a veces pero ya me he acostumbrado a ti-añadió sonriendo mientras se sentaba en el borde de la cama.

El moreno estaba completamente dormido y ni se había percatado de que el ladrón de su corazón estaba a su lado abriéndole el suyo.

-No sé que es lo que ha ocurrido, ni lo que has hecho pero me gustas... realmente lo haces y no hablaba en serio cuando dije esas cosas.

De repente Gulf soltó un leve gemido y girándose se puso boca arriba, este miró entonces sus rosados labios y estos estaban haciendo un gracioso puchero que lo hizo sonreír pero también despertó su deseo de probarlos.

-Oh joder, eres tan dolorosamente hermoso-Susurró acercándose a su boca.

Mew se relamió deseoso sin dejar de mirarlo, sentía un enorme impulso de besarlo pero no quería aprovecharse así, aunque finalmente no lo soportó más y atrapó sus labios en un corto pero intenso beso.

Gulf abrió sus ojos y atónito contempló como este se separaba de su boca.

-M-Mew ¿t-tú me has be-besado?.

El mayor asintió y volvió a sentarse en el borde de la cama, entonces el moreno se incorporó tocándose los labios mientras sonreía.

-P-Pero no lo e-entiendo, tú me o-odias-Balbuceó nervioso.

Mew sonrió.

-Yo no te odio, ¿De dónde sacas eso?.

-T-Tú dijist...

-Olvida ya lo que dije, ¿Es por eso que quieres irte de aquí verdad?.

Este asintió agachando la cabeza.

-No quería causarte malestar... Ya entendí que tu jamás me amarás, Mild tienen razón, debo buscar a un chico que si me corresponda y olvidarme de ti.

El mayor negó molesto y lo sujetó de los hombros.

-No, tú no estarás con nadie más ¿me escuchaste?, Solo debes amarme a mí.

-Pe-Pero...

-Pero nada-susurró abriendo la cama y tumbándose junto a este-...Tú sólo me debes querer a mí y por eso no puedes irte.

Este lo rodeó con su brazo y el moreno posó la cabeza en su fornido pecho.

-Sé que esto es un sueño y que mañana volverás a ser cruel conmigo pero no me importa, merece la pena.

-Anda duérmete Gulf, descansa.-Dijo el mayor acariciándole el pelo-... me quedaré aquí hasta que te duermas de nuevo ¿De acuerdo?.

-De acuerdo-susurró este con una gran sonrisa.

Mew finalmente no se fue pues se quedó rendido en la cama de Gulf, así que a la mañana siguiente al despertarse, el moreno se encontró con esa hermosa visión.

-Auch-susurró tras pellizcarse-...No ha sido un sueño, él realmente a dormido aquí.... No puedo creerlo- sonrió feliz.

Tras unos minutos, el mayor abrió los ojos también y se encontró con el moreno mirándolo en silencio, sentado en una silla ya duchado y vestido.

-¿Qué demonios haces ahí?, ¿desde cuando estás así?.

-Ha-Hace una media hora, lo s-siento si te incomoda.

Mew bufó molesto.

-Quieres hacer el favor de no disculparte tanto y de estar dando las gracias continuamente, no es necesario.

-Lo si-sient...o sí claro-se corrigió este agachando la cabeza.

-Bien...voy a ducharme, veo que tu ya lo has hecho... Creí haberte dicho que yo me duchaba prim....va olvidalo, da igual-dijo Mew viendo como Gulf volvía a agachar de nuevo la cabeza y abría su boca, seguramente para disculparse de nuevo.

Rápidamente se levantó de la cama y caminó hacía la puerta.

-¿Recuerdas lo que hablamos?.

El moreno asintió sonrojado.

-Bien pues ya sabes.

Tras irse el mayor, Gulf saltó sobre la cama emocionado y empezó a botar sobre el colchón tapándose la boca para que no se escucharan sus gritos de felicidad.

Ya no tenía que irse de esa casa, Mew quería que se quedase, realmente ese era el mejor día de su vida.