único

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(aclaró que esta historia no me pertenece, es una adaptación de @vantexbae ¡muchas gracias por dejarme adaptarla)

A-Ah...—un sonoro gemido vibró por aquellas cuatro paredes. El sonido de las sábanas frotarse se mezclaba rítmicamente con el golpeteo sobre la piel. Las gotas de sudor se enlazaban con esas pequeñas lágrimas que descendían de sus cristalizados ojos, completamente cegados de placer.

Era una orquesta erótica, donde los únicos participantes eran el castaño y su preciado juguete rosa, el cual entraba y salía del pequeño pero necesitado agujerito, liberando una caliente melodía de gemidos y palabras obscenas.

El pecho y el sonrojado rostro de BeomGyu estaban pegados a las suaves sábanas de su cama, mientras que su cadera y glúteos estaban elevados, mantenía las piernas separadas y su diestra movía con ímpetu un dildo color rosa, dentro y fuera de su dilatada entrada.

Últimamente había estado muy caliente, y muy solo, por desgracia. No pudo abstenerse de llegar a este punto, el día había sido horrible y necesitaba un gran respiro, por lo que sólo pudo llegar a casa para tumbarse en la cama, quitarse las prendas de la cintura para abajo y abrir las piernas.
No le importaba gemir lo suficientemente alto como para que todo el edificio escuchara, realmente necesitaba un orgasmo, dos o tal vez tres.

Los bonitos pezones se colorearon un tono más rojizo de lo normal cuando BeomGyu los pellizco con su mano izquierda, un chillido le salió de los labios, ahogándolo en la almohada.

—Má-ás... —pronunció apenas, pues sus labios formaron una perfecta O cuando el juguetito le golpeó ferozmente la próstata.— ¡Mgh!

Los movimientos de su mano se hicieron más veloces, las paredes eran testigo del caliente sonido viscoso que provocaba el consolador al entrar y salir de él.
Gemidos fuertes y sollozos indicaban que el hermoso rubio llegaría en cualquier momento. BeomGyu se sentía en el cielo, sucio y caliente, pero se sentía jodidamente increíble.

»Ding Dong«

BeomGyu alzó el rostro de la almohada, los movimientos de su mano sobre el dildo no pararon. Realmente no quería parar.

»Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong, Ding Dong«

—Mggh... ¿Qué-é?...—el chico castaño restregó el rostro sobre la almohada, maldiciendo a la persona que se atrevía a tocar el timbre en esos momentos. El sonido le taladraba los oídos, aún estaba sumergido en placer. Como si de un zombie se tratase, se levantó botando el juguete en la cama.

Las piernas le temblaban y apenas podía sostenerse, con un extremo esfuerzo tomó la ropa interior olvidada y se la colocó. La puerta de la habitación estaba abierta, por lo que, aún con la respiración agitada y las pupilas dilatadas, la cruzó.
Atravesó la reducida sala hasta llegar a la puerta de entrada. ¡Demonios!

Ni siquiera se molestó en observar por el pequeño orificio, sólo quería volver a su cama e introducir el dildo rosado hasta el fondo toda la noche, estaba tan urgido que incluso era capaz de aceptar la propuesta de TaeHyun e ir a buscar cualquier tipo en un bar.

Abrió la puerta y... ¡Dios mío!

Eh... —musitó un chico de piel pálida. El cabello negro le caía sobre sus ojos y vestía un uniforme de trabajo color rojo, la camiseta que portaba tenía el logo de una pizza en un extremo, además de que sus grandes y blancas manos sostenían una. El chico miró confuso a BeomGyu y revisó el pedazo de papel que venía pegado a la caja de pizza— ¿Choi BeomHyun?

pizza  ✿  soogyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora