𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐

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Limpió sus lágrimas al escuchar el sonido de la puerta, escondió su cabeza entre la sábana. —príncipe liam, los reyes lo están esperando para cenar.

—no tengo hambre, clara. Buenas noches. — dio media vuelta y cerró sus ojos.

—pero príncipe-

—no quiero nada, clara. Retírate, por favor

—descanse, mi príncipe. —escucho la puerta ser cerrada.

Apretó sus ojitos intentando alejar las lágrimas. Llevaba un día encerrado, no quería ver a nadie. No quería la lástima de sus padres, no quería seguir siendo ignorado por Nicola, no quería ver la mirada vencedora de Gigi, porque de seguro Zayn ya se había declarado y ya son novios. Sollozó, de seguro que ahora los dos estaban compartiendo besos y riendo, siendo felices.

«lamento haberte dejado ir, zayn, lamento tanto haberte lanzado a los brazos de gigi, pero lamento aún más no ser lo que esperas»

Si tan solo se diera cuenta de lo que vale.

Enterró su cabeza en la almohada, grito. Porque es lo que necesitaba hacer, gritar, liberarse, que todo se quedara en la almohada.

«si tan solo yo fuera como ella tu me amarías. Pero lamento decepcionarte, porque yo no soy ella y nunca lo seré»

La puerta fue abierta, liam sabía de quien se trataba pero no pensaba voltear, no quería que lo vieran y hicieran preguntas, aunque con sus acciones de seguro hay muchas.

—mi pequeño, ¿Cuándo entenderás que aquí tienes a tu padre? Yo estoy aquí para escucharte, aconsejarte y llorar contigo si es necesario. Soy la persona que más te quiere y te querrá en este mundo, sin ti no se que sería mi vida, liam, junto a tu madre y tus hermanas son lo más importante que tengo. Daría todo por ti, todo liam —acarició su cabello. —y me duele tanto que por mi culpa estés así, que estés sufriendo cuando deberías estar gozando, estar viviendo y lo siento tanto, hijo, por haberte causado este dolor, porque el único culpable de todo soy yo —liam no contestó. Geoff suspiro para después aclarar su garganta, — bailaremos hasta que amanezca, hasta que nuestros pies estén cansados, hasta que nos arruguemos, lo haremos juntos.

Geoff comenzó a tararear esperando a liam le siguiera. Liam volteó a ver a su padre con una linda sonrisa en su rostro, sus ojitos hinchados y mejillas rosas. Se levantó de la cama y tomó la mano de su padre para poder bailar.

porque somos aquella chispa que nunca se apagará, que siempre estará, porque somos uno —se movían de un lado a otro, siguiendo la dulce voz de liam.

—porque eres lo que necesito para ser feliz, para ser yo, nunca te vayas, por favor — sus voces unidas creaban una melodía aún más hermosa.

Geoff alzó a su hijo y dejó que la cabeza de él descansara en su cuello mientras en seguía danzando por la habitación.

—porque nadie nunca te igualara — liam sacó su cabecita del cuello de geoff y lo tomó por las mejillas.

—no tienes idea de cuánto te amo, papi, muchas gracias por estar aquí —dejo dos besos en sus mejillas y volvió a esconder su cabeza.

—siempre lo estaré, mi pequeño bebé —dejó de danzar y fue a sentarse a la cama dejando a liam bien sentadito en su regazo. —¿Quieres hablar de por qué estás así? No me gusta verte triste, ayer lo deje pasar porque necesitabas tu espacio, pero no pienso dejar que te la pases llorando más tiempo, sino estas listo lo entiendo, pero no me alejes mas de ti, eres mi pequeña luz, liam —liam gimoteo y apretó su agarre la túnica azul del rey, que ahora estaba echa bola en las manitas de liam. —mi amor-

quasimodo | ziam mayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora