Regresé a casa corriendo. Mi vestido estaba sucio de la falda y los zapatos estaban llenos de lodo. Llegué a lavar la falda con un poco de agua y cambiar mis zapatos a unos que pueden estar menos sucios aunque no combinen.Mi familia ya estaba en la taberna, porque no había nadie en casa. Fui a mi habitación, metí los cabellos rojizos sueltos que tenía y me puse el perfume, claro, después lo devolví.
Caminé a la taberna y todo el pueblo estaba ahí. Había muchos muchachos guapos y chicas con vestidos preciosos, cosa que me hizo sentir menos, pero no me arruiné la noche por eso.
Esa noche tenía un sólo propósito y es encontrar a alguien para casarme. Así que sutilmente me acercaba a los muchachos para hacerme notar, claro que jamás me vieron.
No era tan bonita o por lo menos no me consideraba así. Mi piel era muy blanca con algunas pecas por el sol, mi cabello pelirrojo y de una complexión muy delgada por desnutrición. Claro que no tenía atributos con los que llamar la atención como las otras chicas, tampoco tenía mejillas rosas y altas. Un colorete era inalcanzable para mi.
Encontré a mi familia y fui a sentarme con ellos para poder escuchar la gran noticia real y el anuncio de alguna otra noticia y la de matrimonios, esos iban al final y siempre me emociona.
- Buenas noches damas y caballeros. Hoy es un día muy especial. Primero quiero darles la bienvenida al nuevo comité de organización de este año para el festival de primavera- Se escuchan los aplausos del pueblo y el comité saluda a todos.
- Posteriormente vengo con las noticias de la semana. Lamentamos la muerte del señor Thomas Gindellefer y mi mayor pésame a su familia y la señora Elenor Gindellefer y agradecemos a la florería por su increíble donación para el funeral. También quería informarles que el barco con mercancía llega en dos meses aproximadamente y que toda la tripulación está en perfectas condiciones. Ahora va el anuncio de los matrimonios... felicidades a ...- Anunciaron, pero dejé de prestar atención cuando vi al muchacho mas apuesto que podría existir.
Sonaron los aplausos y me volví a la realidad.
- Ahora la noticia que todas las chicas solteras han estado esperando. El príncipe Massimiliano está en busca de una esposa, como saben y cómo va la tradición, las chicas de 19 años que quieran tener una oportunidad deben presentarse en el castillo dentro de dos semanas- Me quedé con la boca abierta. Veía cómo las chicas daban muchos brincos de la emoción y gritaban de alegría, pero yo no quería eso.
-Sean todos bienvenidos al baile de la primavera. Todos busquen sus parejas y bailen hasta que sus pies no den más- Dijo el presentador y todos fueron a buscar a sus parejas.
Yo quería bailar con ese muchacho. Me atreví a ser yo quien lo invitara. El problema es que no le veía por ningún lado. Fui a la barra a pedir un poco de agua con gotitas de naranja y una hoja de hierba buena. Alguien tocó mi hombro ... era él.
-Creí que era el único que pedía el agua así- dijo y se sentó a mi lado haciéndole señas al barrista de que fueran dos.
- Me llamo Alison Bélanger, mucho gusto...- dije nerviosa y con mis manos temblorosas.
-Bruno Augier, el gusto es mío. ¿Qué edad tienes?- Sabía quien era, bueno, no físicamente, pero todos las hijas decían que era el chico más guapo del pueblo y en efecto, tenían razón; hasta diría que de toda Francia.
- En una semana cumpliré los 19, ¿tú qué edad tienes? - devolví amablemente la pregunta.
- 21. Estudió la universidad y me encanta bailar, así que, Señorita Alison Bélanger, ¿Quisiera ser usted mi pareja de baile de esta noche?- Mis manos temblaban como nunca y me esforzaba por mantenerme en calma, pero me era imposible.
Me ofreció su mano y la tomé. Nos levantábamos y comenzamos a bailar con los músicos que estaba tocando. Todo el pueblo estaba animoso y divirtiéndose, ni siquiera sabíamos que tan tarde era, pero era lo que menos importaba. Bailé y me divertí como nunca lo había hecho. Paramos hasta que literalmente nuestros pies no daban más.
Fuimos a sentarnos a algún espacio.
-Cuéntame ¿Qué es lo que te gusta hacer?- Comenzamos a tener una plática de lo más agradable. Nos contamos nuestra comida favorita, nuestros colores favoritos, algo que coleccionábamos, lo que nos gustaba hacer por las tardes cuando terminábamos nuestros deberes.
Era un chico muy interesante... Bruno... le encanta leer, estudia para ser un comerciante y seguir con el legado de su familia, su comida favorita es un guiso que hace su abuela de papas y carne de cordero, su color favorito es el verde oliva, ama el dulce de leche, le gusta correr y montar a caballo, además es soltero.
Comenzaron a pesarme los ojos, significaba que ya era demasiado tarde y debía irme a casa. Mi familia ya lo sé encontraba en la taberna.
-Lo siento, tengo que irme y ya estoy algo cansada- dije levantándome de donde estábamos sentados y sacudiendo la falda de mi vestido.
- Puedo acompañarte para que no camines sola- Se ofreció a acompañarme, y asentí con la cabeza porque el camino es muy oscuro.
Salimos de la taberna y caminamos a donde vivía. En el camino íbamos riendo a las carcajadas ya haciendo alguna bobada.
-Es aquí- Me detuve frente a mi casa- Te agradezco muchísimo por haberme acompañado.
-No agradezcas. ¿Te parece si mañana nos vemos al amanecer en la fuente del parque del centro?- ahora mis nervios eran mayores.
-Claro que sí, estaré ahí al amanecer. Adiós joven Bruno Augier- me despedí.
-Adiós señorita Alison Bélanger. Hasta mañana- nos despedimos sacudiendo nuestras manos . Entré a la casa con una sonrisa de oreja a oreja y con el suspiro más profundo. Definitivamente era mi mejor noche.
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Todo Rey necesita una Reina
RomanceLas cosas estaban en su punto más fuerte, donde la comida faltaba y las peleas se hacían cada vez más presentes. Cuando cumplí los 19 años, decidí hacer algo por mi familia, algo por poder alimentar a mis hermanos y curar a mi madre, pero apareció é...