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– ¡No están arriba! – Grito Tommy

– Tampoco están abajo. – Respondí. – ¡Danielle!

– ¡Cooky!

Le explico. Hace unos minutos, luego de dejar a Megan en su casa, llegamos a la casa de los Valentine. Al llegar nos dimos cuenta de que las hermanas de Tommy no aparecían por ningún lado, empezamos a buscarlas pensando que, tal vez, le estén gastando una broma al castaño, ya saben, por dejarlas sin avisar, pero no.

– No están. – Empezó a hiperventilar.

Me acerque. – Bueno, tranquilo. – Puse mi mano sobre su pecho. – Ya las encontraremos, ya... – Fui interrumpida por el sonido de la puerta.

Ambos empezamos a caminar lentamente hacia la entrada. Me agarré fuertemente del brazo del castaño cuando noté como la puerta empezaba a abrirse. Cuando la puerta se abrió no pude contener un grito de susto y, al parecer, el chico a mi lado tampoco.

– ¿Por qué gritamos? – Pregunto Hubie.

Me relajé y solté el brazo de Tommy.

– Señor Dubois... Perdí a mis hermanas.

– ¿No sabes dónde están? – Estuve a punto de soltar un comentario sarcástico cuando el hombre volvió a hablar. – Yo sí, están ahí. – Señalo a su izquierda.

– ¡Tommy! – Grito Cooky, para luego abrazar a su hermano, seguida de Danielle.

Les juro que nunca en mi vida estuve tan feliz de ver a un niño.

– Lamento haberlas dejado, me alegra que estén bien.

– Eres muy tierno con ellas. – Comente.

– ¿Ya son novios? – Pregunto la más pequeña.

Tommy me miro, sin saber bien que responder.

– Las vi venir por el atajo en Old McMillan. Es curioso, no mucha gente conoce ese atajo. – Hablo el mayor. – Solo yo y mi amigo Richie Hartman. De niños, luego de ensayar con la banda escolar, volvíamos por ahí.

– Al menos ya están a salvo. – Interrumpí al viejo.

– No entienden, nadie está a salvo. Por eso deben encerrarse aquí. Tommy, llama a tu mama y dile que están en casa. – Demando. – Beatrice – Me señalo. –, diles a tus padres que estas con un amigo. Ese eres tú. – Señalo al castaño, seguido de un guiño. – Ustedes dos, coman dulces y váyanse a dormir. – Miro a las pequeñas. – ¡Traben la puerta! ¡No abran por nada!

– ¿Que hará, Señor Dubois? – Pregunte.

– Lo hago cada 31 de octubre, asegurarme de que todos en la ciudad estén a salvo y protegidos. – Nos miró. – Pero ¿podría pasar al baño antes? La sopa me hizo efecto.

Hice una mueca.

– Arriba. – Los Valentine señalaron las escaleras.

– ¿El inodoro es grande? Porque tengo mucho que hacer.

{...}

Hubie se había ido hace unos minutos. Las chicas estaban en la sala viendo una película mientras Tommy y yo preparábamos palomitas.

– Halloween nunca fue tan divertido. – Dije de repente.

– Y que lo digas. – Ambos reímos. Cuando mi risa seso, me deleite observando el perfil del castaño. No se si lo he dicho antes, pero este chico es jodidamente atractivo.

Al parecer, Tommy se dio cuenta de mi mirada, pues se dio vuelta. Quedando así, frente a frente.

– ¿Que? – Preguntó.

Siempre he sido de el tipo de persona que va directo al punto, sin pelos en la lengua.

– Se que solo nos conocemos desde hace dos días, pero muero por besarte.

El castaño me miro nervioso. – ¿Es enserio?

– Muy en serio, Tom. – Lo tome de la nuca y, sin más, lo bese.

Tardo un poco en corresponder, pero al final lo hizo. Paso sus brazos por mi cintura, atrayéndome a él, por sus movimientos torpes, supuse que este sería su primer beso.

– ¡OH POR DIOS! – Nos separamos al escuchar el grito. – ¡Danielle! ¡Tommy y Beatrice son novios!

La pequeña salió despavorida, en busca de su hermana. Con Tommy empezamos a reír.

Luego de sacar las palomitas del microondas, volvimos a la sala y nos sentamos en el sofá. Noté como Danielle cambiaba repetidamente de canal, supuse que la película había acabado.

– Hola chicos.

Todos gritamos. Cuando voltee, Violet Valentine nos miraba extrañada. Oh, no, solo me mira a mí.

– ¿Beatrice Willson? – Me señalo. – ¿Como estas, cariño? ¡Oh, por Dios! Estas gigante. – Me pare y empecé a caminar hacia ella. Me abrazo.

¿No les ha pasado, que se encuentran con personas que dicen conocerlos desde pequeño, pero ustedes no tenian ni idea? Me esta pasando justo ahora.

– Quizas no lo recuerdes, pero soy amiga de tu madre. – Me sonrió. – No sabia que conocías a mis hijos.

– Los conocí hace unos días.

– Tommy y Beatrice son novios. – Soltó, de la nada, Cooky.

La mayor me miro sorprendida. Antes de poder responder, en el televisor se escucho un cañal de noticias.

– Estamos aquí en vivo.

– ¿Esa no es la casa de Hubie? – Me senté en un sillón, Violet hizo lo mismo.

– En plena escena de horror propia de Halloween.

– ¿Ese de ahí es Mike? – Comente asustada. Esta claro que Michael no es la mejor persona del mundo, pero es un buen amigo.

Hubie empezó a hablar con la vieja, no se escuchaba nada, pero estaba claro que esa señora estaba loca.

Justo en el momento en que la anciana encendió un serillo y lo arrojo, Hubie destapo su termo y arrojo el poco contenido que tenía, lo cual sirvió para apagar el serillo en el momento que este tocaba la madera, salvando el día. Wow, nunca me imaginé diciendo eso.

La mayor soltó un grito, sobresaltándome, y empezó a aplaudir como toda una fangirl.

Luego de un largo discurso emocional que me da pereza detallar, la madre de Hubie desapareció.

Mientras la periodista hablaba, Hubie le pidió el micrófono. – Solo quería desearles un feliz Halloween a todos, y también san Valentine. Así es, te hablo a ti Violet Valentine. – Mire extrañada a la nombrada, quien, podría jurar, estaba a nada de darle un paro cardiaco. – Además... Termine con mi novia canadiense, estoy disponible. Esto es para ti. – Empezó a acercarse a la cámara. Terminado en un "beso".

– Hubie, sé mío. – Susurro la rubia. Se acercó a la pantalla y empezó a besarla.

Ok, esto ya se puso raro.

𝔹𝕖𝕒𝕥𝕣𝕚𝕔𝕖 ℍ𝕒𝕝𝕝𝕠𝕨𝕖𝕖𝕟 [Tommy Y Tu] TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora