Capítulo 3

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Durante los días siguiente Jirou iba a la casa de Momo, quien gracias a su esfuerzo logro aprender a tocar la guitarra acústica rápidamente, bueno solo lo básico. Aun le faltaba velocidad en sus dedos ya que al cambiar de nota aun le costaba adaptarse, además que a veces salían notas muertas. Y claro, las yemas de sus dedos le dolían pero poco a poco se fueron acostumbrando al contacto de las cuerdas.

— Veo que te está yendo bien ¿No?

— ¡Si, y es gracias a tu ayuda Jirou-san!

— No me des todo el crédito a mi, tu diste un esfuerzo por aprender y ahí está el resultado

— G-gracias...

Jirou como siempre le sonrió sin mostrar sus dientes, una ligera sonrisa que hacía que el mundo de Momo girará fuertemente mientras su corazón latía bastante. Pero ¿Porque Momo solo se sentía así con Jirou? ¿Porqué para ella Jirou era especial?

— ¡Momo!

Repentinamente escucho su nombre salir de la otra chica, quién se acercó bastante con un rostro lleno de curiosidad.

— ¿Estás bien? No respondías y me empeze a preocupar

— N-no es nada, solo estaba... pensando

— ¿En qué?

"En tí"

— N-nada muy importante

— Hmm fingiré que te creo

Jirou volvió a sonreír para transmitir tranquilidad a la otra chica, pero logro lo contrario. Otra vez esos sentimientos en Momo...

— Creo que ya es bastante tarde, además tengo que trabajar el turno de la noche

— ¿Segura? ¿No es cansado tener que trabajar de noche?

— Claro que lo es, pero es más cansado tener que estar preocupada por pagar mi arriendo

— Hmm deberías descansar un poco más

— Sería genial si pudiera descansar un poco... ¡Pero bueno así es la vida!

La chica de cabello corto recogía sus pertenencias mientras con una preocupada mirada estaba Momo, ella sabía que Jirou era una chica trabajadora, pero le preocupaba los horarios de sueño de la chica. Afortunadamente Jirou tenía más energías ya que en la mansión de Momo le servían muy buena comida, muy diferente a lo que antes comía.

— Oye, quita esa cara larga, estaré bien así que no te preocupes

— No estoy muy segura...

— ¡Estaré bien, estoy acostumbrada! Ahora sí, me voy

— Adiós...

— ¡Nos vemos mañana!

A la mañana siguiente Momo ya estaba lista para tomar sus diarias clases de música, pero por primera vez Jirou llegaba tarde. Normalmente las clases empezaban a las diez de la mañana, pero ya eran diez y media y la chica aún no llegaba. Eso preocupó a Momo ¿Le habrá pasado algo relacionado a lo de ayer?

Su mente volvió a la realidad cuando escucho a alguien tocando la puerta de su habitación – ¡Momo, soy yo!

— ¿Jirou?

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