Único

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Escuchar los jadeos de esa chica, su chica. Era el mayor de los placeres que Kamado Tanjirō podía disfrutar.

Pues Tsuyuri Kanao era la mujer más hermosa ante sus ojos, pero ella está comprometida. Y ahí estaba él, entrando repetidas veces en el interior de la chica, disfrutando de la estreches de su cuerpo y gozando del calor que ambos producían.

Disfrutaba besar sus carnosos labios y observar sus bellos orbes violetas pidiendo más de él, degustaba probar el dulce cuerpo de su ahora amante, disfrutaba estar con ella, quería estar con ella, necesitaba estar con ella.

— Tanjirō... — Ella gemia el nombre de su amante, mientras con sus brazos rodeaba su cuello y lo acercaba para poder besarlo, a su vez rodeaba con sus pálidas y hermosas piernas la cadera de Tanjirō. — No te alejes de mi.

— Jamás. — Él solo correspondía la acción de su mujer, pegandose más a ella, besándola más y dejando evidentes marcas de que ella era de su propiedad, era su Kanao. — ¿Quién es tu hombre? ¿A quién le perteneces?

— ¡Aahh! A ti Tanjirō, soy tuya y de nadie mas. — Con sus delicadas manos y largas uñas arañaba la espalda de su pelirrojo amante, dejando suaves caminos de piel roja, demostrando así que él también le pertenecia a ella.

...

Estaban todos juntos en una cafetería, platicando de cosas del pasado, referente a la universidad y esas cosas. El ambiente era cálido entre amigos.

Inosuke estaba con su pareja, la mujer que sería su futura esposa, Kanao. Tanjirō estaba solo con ellos, pues tenían un tiempo de que no se encontraban, quería ver a sus amigos.

Quería ver a Kanao. Y ella lo sabía muy bien, Tanjirō era tan provocativo, estar con su pareja y saber que justo frente tuyo está tu amante le excitaba mucho. Miento, le excitaba la idea de estar a solas con Tanjirō.

— Tanjirō, ¿que has hecho últimamente, ya tienes pareja? — Su amigo de delicadas facciones preguntaba.

— No tengo pareja, pero me he encontrado frecuentemente con una hermosa chica, es de piel pálida, y de hermosos orbes en los cuales me pierdo, te digo que jamás me había sentido tan libre de compromiso y a la vez tan atado por esas caderas al piso. — Tanjirō respondió con una sonrisa juguetona, viendo de reojo a Kanao, sabiendo que hablaba de ella.

Y así pasaron platicando más tiempo hasta que llegó el momento de irse.

A Inosuke le vino un imprevisto, por lo que se tuvo que marchar rápido, prometiendo a Tanjirō dejar a Kanao en su departamento.

Grave error.

...

El cuero de sus pieles chocando una y otra vez, besandose cómo animales sedientos de los labios y la saliva del contrario, mordiéndose de vez en cuando.

Kanao siendo cargada de sus glúteos, rodeando al Kamado con sus delicadas y torneadas piernas, sintiendo los gordos senos de la chica contra su pecho, disfrutando cada vez más del interior de la chica, de su chica.

Cambiando de posición una y otra vez, completando su ser uno con el otro.

— Hoy no quiero que digas ni una palabra, tus labios cerrados van a ser más que suficiente, deja que tus gemidos retumben en tu apartamento, que tus vecinos escuchen que tienes un hombre que te atiende bien y no como mi amigo que te deja sola cada que puede. — dejando rojas las nalgas de la chica producto de múltiples nalgadas, tomando el cabello de la chica y haciendo que su cabeza fuese llevada hacia atrás. — Repitelo de nuevo, ¿Quién es tu dueño?

Las estocadas eran cada vez más fuertes, el sudor de ambos bañaban las sábanas y a ellos mismos, mientras ella no respondía nada debido el inmenso placer que sentía al ser penetrada una y otra vez por el pelirrojo.

— Soy tuya, tu eres mi dueño, desde otras vidas y las que siguen, siempre seré tuya, así que márcame, que todos sepan que tengo un verdadero hombre. — Ella también colaboraba, movía sus caderas haciendo el acto más placentero, pues casi siempre era Tanjirō el que se encargaba de complacer a Kanao.

Ahora ella dominaba, está frente a él, sobre él, montandolo cuál bella vaquera a su fiel corsel, saltando y sientiendo más el duro miembro de su compañero.

...

Los meses pasaban y siempre era la misma rutina, siempre se veía a escondidas con Tanjirō hasta que este día algo sucedió.

— Kanao, te he hecho los exámenes correspondientes y el resultado es fascinantes. — Su hermana mayor, Shinobu hablaba con una radiante sonrisa. — Estás embarazada.

— Embarazada, ¿Yo? — Kanao estaba sorprendida, se supone que ella planeaba sus encuentros con Tanjirō y pues con Inosuke se estaba guardando hasta el día de su boda.

¿Qué podía haber sido?

¿Las pastillas fallaron? ¿Se rompió el condón? ¿No planifico bien?

Sea como sea estaba aterrada, que cara daría.

Pasaron unas horas y ella fue donde Tanjirō, necesitaba verlo.

El de cabellos burdeos la recibió en su apartamento, ella se encontraban nerviosa, temerosa, se sentía mal.

— Kanao, hermosa, ¿Que sucede? — El veía que no se encontraba bien, la miraba triste.

Ella solo entró, se dirigió a la sala y se sentó en el sofá.

— Tanjirō... — Si voz sonaba quebrada. — No sé qué hacer, estoy asustada, ¿qué hice?, ¿Qué hicimos?

Ella estaba llorando.

— ¿A qué te refieres? — el muchacho estaba preocupado. — ¿Qué quieres decir?

— Tanjirō estoy embarazada. — ella le dió un leve golpe en el pecho y después se resguardo en sus brazos.

— ¿Hablas enserio? — el joven acariciaba lentamente la cabeza de la chica, le hacía leves mimos mientras depositaba cortos besos en la coronilla de la chica. — ¿Mío?

Ella solo asintió cohibida, está nerviosa de la reacción del chico.

— Me alegra saber eso. — Kamado la tomo de los hombros haciendo que lo viera fijamente. — Rompe el compromiso con Inosuke y vámonos de aquí, tengamos nuestra vida justos, separados de estos hipócritas.

— ¿Hablas enserio? ¿Cómo haremos solos? Con un bebé en camino, no sé cómo ser madre, ni siquiera sé si lo haré bien, tú tienes a tus hermanos a tus padres, yo tengo a mis hermanas, no es correcto irnos, tengo miedo, mucho miedo.

— Tienes razón, irnos es una locura, pero... No sé que fue lo que me hiciste, si esto se trata de un hechizo o algo más, pero si estoy seguro que no quiero a nadie más que a ti. — él la besa. — Ahora tenemos algo que nos une más que solo el sexo, quiero tener mi familia contigo. 

TanjiKana One - ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora