El monstruo

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5 años antes...

El reino de cristal se erigía como una de las potencias más importantes de Europa, su economía en auge y prósperos negocios con los principales países del mundo...

La ciudad de los reyes era de total belleza arquitectónica y la envidia se ceñía sobre ellos...

El rey Krest, hombre de negocios, orgulloso e inteligente, se había casado con la hija de sus aliados para fortalecer lazos económicos y de paz...

Dos hijos habían nacido de ese matrimonio, dos adolescentes que eran el orgullo del reino y de sus padres, sobre todo el mayor, que contaba con la venia del parlamento para ser educado desde niño en las formalidades de la política y las relaciones con otros países...

Degel de dieciocho años era un distinguido joven con una belleza increíble y una inteligencia superior; una hermosa cabellera verdosa, ojos violaceos y un cuerpo de ensueño...

Estaba sujeto a la voluntad de su padre y a su corta edad, ya estaba comprometido a un reino desconocido, para ser desposado por un príncipe de sus mismos años, que conocía y consideraba un amigo, pero no amaba...

Su hermano menor, Camus, con sus quince años y todo el espíritu adolescente, era dueño de una belleza sin igual, con larga y lacia cabellera aguamarina, ojos azul violaceos y un rostro angelical que enamoraba... un cuerpo estilizado y acorde a su edad, era el consentido de la reina...

Ambos adolescentes crecían felices, ajenos a los conflictos que se suscitaban fuera de los muros del palacio...

Entrenados por los ancianos del reino, llevaban en la sangre el don de manejar los elementos de la naturaleza, como el viento, el hielo y el aire... con su propia energía canalizaban los caudales de los ríos y congelaban las aguas como protección ante ataques vía marítima...

La vida de los jóvenes les sonreía hasta un día en que Degel llegó en la caravana desde el reino nórdico y no traía buenas noticias...

El rey de aquel país deseaba formar alianzas con Francia pero a cambio de ayuda bélica, le pedía al menor de los príncipes...

Era un hombre mayor que Krest, superaba los cincuenta años y desde que lo había visto en un encuentro anterior, había mirado al menor con lascivia...

El rey nórdico llegaría en dos días y el adolescente debía estar preparado para ser entregado como animal para sacrificio...

Aún no se lo decían a Camus y sabían cuál sería su reacción, Krest se encontraba entre la espada y la pared y su esposa lo estaba enloqueciendo...

-No puedes hacerlo, Krest! Es sólo un niño y quedará a merced de un adulto que no le dará tiempo a desarrollarse, a estar preparado...

-No tengo opción, cariño... Degel ya está comprometido también...

-Pero Degel se casará con un joven de su edad y por eso es que pudieron esperar a que ambos sean mayores y maduren como hombres y líderes de sus reinos! Camus es muy pequeño aún... es mí pequeño, mí niño!

Krest observaba los ojos de su esposa, llenos de impotencia ante la realidad que debería afrontar su vástago...

Detrás de la gran puerta del estudio de su padre, un adolescente cerraba sus puños hasta dejar blancos sus nudillos, mientras el flequillo cubría sus ojos, de cuyas cuencas brotaban gruesas lágrimas...

Salió corriendo hacia los patios traseros, donde estaban las caballerizas y tomó su corcel, montándolo a pelo y saliendo al galope,perdiéndose en los frondosos bosques, como si se quisiera desaparecer de la vista del mundo...

La Belleza Interior Donde viven las historias. Descúbrelo ahora