Corazón roto.

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Estaba sentado, la luz de la luna y la ciudad entraba por la ventana y su mirada cristalina estaba oculta entre sus brazos. Los sollozos eran sonoros y rebotaban en la habitación, la pantalla de su teléfono estaba prendida en un chat mientras que el parlante reproducía una canción a un volumen casi inaudible.
Todavía se preguntaba como había llegado a ello, no sentía haber hecho nada mal, él había sido simplemente él...

... Pero al parecer eso no fue suficiente.

Él había entregado todo lo que tenía en manos, su tiempo, su amor, su memoria, sus lágrimas, sus sonrisas... había entregado todo lo que él creía que le hacía ser él. Pero no era suficiente, la persona a la que amaba ya no podía sentir nada hacia él.

«¿Por qué el amor es tan cruel?» se preguntaba, las lágrimas seguían cayendo sin parar. Levantó su cabeza, dejando que su espalda cayera en el respaldo de la silla y sus brazos se separaran de la mesa hasta caer junto a su cuerpo y balancearse levemente. La luz de la luna hacía brillar las lágrimas y sus ojos, resaltaba sus ojeras y su mirada estaba clavada en el techo.

Lo intento todo para ser
Mejor de lo que fui
De lo que fui hasta ayer...

Se escuchaba, y, de alguna manera, el chico se podía sentir identificado con el estribillo. Él había hecho todo para cambiar por esa persona tan importante, para ser amado como él amaba, para poder hacer sentir a alguien lo que él sentía, pero todo había sido en vano cuando ya se había dado cuenta de que el corazón que tanto anhelaba era de pertenencia de otra persona.

No hay nada nuevo bajo el sol
Ni escombros de un amor
Que pueda recoger
No tengo nada que esconder...

Todavía recordaba ese día en el que la había conocido, era una chica que parecía irritable y energética, pero había algo en su sonrisa que hacía que su corazón diera un vuelco. La escuchaba hablar y sentía que su voz era la más dulce del lugar. Joder, se había enamorado completamente de una persona que parecía lo más irritable del mundo para él.
Y no era tan solo eso, cuando hablaba con ella el tiempo pasaba volando, siempre tenía ganas de tocar su cabello y besarla, pero debido a lo cobarde que era no era capaz de hacerlo y, esa misma cobardía fue lo que hizo que la perdiera.

Y ahí estaba ahora, llorando y lamentando su miserable existencia y cobardía. Su mirada ya estaba hecha trizas y su cabeza seguía pensando en ella, pensando en lo hermosa que era y en como se apartaba de su lado.

Desearía habértelo dicho antes...—Susurró, volviendo a soltar otra lágrima.—Mierda, hubiera deseado tanto habértelo dicho antes... haberte dicho cuanto te amo...

Pero ya no se podía hacer nada.
Su cabeza bajó levemente para mirar el celular, la pantalla mostraba los claros mensajes y los últimos que había tenido con ella, hace unas cuantas horas.

"No sé desde hace cuanto siento esto... pero hoy me he dado cuenta de que lo siento."

"Me apoyarás, ¿no es así?."

"¿Sabes que le gusta? Me gustaría hacerle algo bonito."

"Él siempre fue bueno conmigo, espero que algún día me vea como yo le veo a él."

"Oye, iré al cine con él, ¡deséame suerte!."

"¡Estoy tan emocionada! Me iré a dormir, ¡adiós!."

Esos eran los mensajes de ella.

«Tan solo no hagas nada estúpido, ¿está bien?»

Y ese era el mensaje de él.

En ocultar su dolor, tan solo había llegado a darle 8 palabras que le dolían más que 10 mil dagas. Se sentía vacío, horrible, sentía que ni el mismo vacío era tan oscuro como la manera en la que se sentía.

Él se sentía insuficiente.

Inútil.

Sin valor.

Sentía que ya nada podía ir peor, que ya no importaría si tomaba un cuchillo y se atravesaba la garganta o si tomaba un pote entero de pastillas. Para él, eso no tendría ningún efecto en la chica que amaba ahora que se estaba apartando.

Dejó su silla y se acostó suavemente en la cama boca abajo y movió su cabeza levemente para mirar a la ventana.

Dejó caer una lágrima silenciosa más antes de desmoronarse, antes de llorar de manera ruidosa y de protegerse entre las sábanas y frazadas.

Antes de escuchar lo último que pudo escuchar de la canción.

Si fuera más de frente
o un poco más valiente
No bastaría con dejarlo todo así...

Rebobinar las horas
No es lo que más me importa
Yo solo cuento con que estés aquí...

Pero él ya no contaba con nadie. Se calmó, cerró con tranquilidad los ojos húmedos de manera fría debido a las lágrimas y terminó en manos el sueño profundo y en el efecto de todas las pastillas que había tomado del pote que yacía tirado con algunas pastillas aún, junto a una hoja de papel cuadrada que, en letras rojas y brillantes, decía:

"Te amo."

———

Canción utilizada: Nada nuevo bajo el sol - Los Bunkers.

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⏰ Última actualización: Oct 12, 2020 ⏰

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