Vuelta inminente a la rutina y miedo corriendo por las venas. Me tiemblan las piernas solo con pensar que voy a tener que verte, que verla, que veros. Otra vez, de nuevo. Creo que nunca estaré preparada para eso y que te perderé para siempre. Hacía mucho que no tenía tanto miedo, que no me sentía tan sola.
Ahora no estás ni tú, ni él y ellas fallan, nunca seré lo suficientemente importante para nadie, tal vez no lo merezca.