Capítulo 2

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Capítulo 2 

De nuevo estoy corriendo, aunque ahora voy a una cabaña. Entro. Está vieja y huele a moho, hay un retratos colgado encima de la chimenea. En él se luce una mujer de cabello negro, largo y ondulado con ojos color café. ¿Seré yo? Aunque la mujer del retrato tiene como unos 28 y yo apenas tengo 16. ¿Será esto una visión del futuro?. De repente oigo un portazo, alguien está dentro. Me escabullo por las sombras para que no me vean.

– ¿Alma?– una voz masculina se cuela en la sala.– ¿Alma? ¿Estás? Si es así, contesta.¿

Quién es Alma? No importa ahora. Debo de salir de aquí.

Tomo valor y salgo. Mis ojos se adaptan poco a poco a la escasa luz, así que trato de ver al hombre, es de estatura alta y tiene cabello rubio, puedo distinguir una marca en su muñeca, pero no la veo bien. 

– ¿Quién está ahí?– Me descubrió.– Alza las manos y no saldrás herido.– Se está acercando. Tengo que escapar sin hacer ruido.– Muéstrese, donde quiera que esté.– Ahora.

Con pasos ligeros corro hacia la puerta principal; casi tropiezo con la pata de la mesa, causando ruido, pero no me detengo. <Sigue, sigue, sigue> 

Lo logré. Al estar fuera miro el cielo estrellado y me distraigo. Un grito se oye dentro, sigue ahí. Corro lo más lejos de su alcance pero una nube que viene del cielo me llama la atención. Cae rápidamente hacia acá, parece una estrella gigante, pero sin luz.

De repente un gran estallido hace que mis oídos zumben. Bomba. Corro lo más rápido que mis piernas pueden para escapar del fétido y mortífero olor que esta creación del hombre generó. <Corre> No paro. 

Despierto.

Un sueño. Un estúpido, escalofriante y muy realista sueño. Pero los sueños no son reales, ¿no? Esto nunca fue real, nada de esto fue real. Aún así, una parte de mí me dice que le haga caso, no escucharé a esa parte. Jamás. Salgo de mi habitación y me sorprendo al ver al chico rubio en mi puerta, a punto de abrirla, ¿cómo era que se llamaba? 

– ¡Hey! Hola, pensé que estarías durmiendo, no quise molestarte…– Pensaste que estaría durmiendo y aún así ibas a entrar… ¿Molesta? ¿Yo? Para nada. s

– No, no lo hiciste.– Mentira, ¡lo hiciste!

– Que bien.– Me sonríe, debo admitir que es encantador.– ¿Cómo te la pasaste en tu primer día?

– ¿Primer día?– ¿De qué me perdí? Sin embargo él se ríe.

– De clases, ¿no me digas que eres de esas que se escapan?– ah ya… preferiría no recordar ese día.

– Ah ya… Me fue bien.– otra mentira.

– Genial, pero te daré un consejo, bonita.– ¿BONITA? ¿Quién le dio el derecho de decirme así? Malditas mejillas que me delatan.

– ¿Un consejo?

– No sabes mentir.– Aggg, si ya lo odiaba ahora más. Pero… Raramente es de esos momentos que quiero que duren.

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⏰ Última actualización: Jan 18, 2015 ⏰

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