03- Está bien no estar bien

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ACLARACIÓN ANTES DE LEER : Realmente Perth y Saint tienen tres semanas conociéndose, solo se hacen loquitos y actuaron que no. Por si las dudas

El primer capítulo es cuando recién hablaron, el segundo ya es la semana tres. Digo, para que no se enreden (Cuando la madre de Saint le pide que lleve a Perth a cenar, pues)

Sin más, disfruta..

—¡Perth!— Grité desde afuera, mi camisa se estaba humedeciendo ya que el paraguas de mi madre estaba roto. ¡Ella lo hizo apropósito!

—¡Ya voy!— Escuché al cabo de unos segundos después de gritarle. Podría jurar que venía corriendo y tropezó, se escuchaba un tremendo escándalo allí adentro —B-buenas noches, ¿En qué puedo ayu. ¿P'Saint?— Terminó y reí bajito. Tenía una toalla pequeña en sus hombros y con la misma secaba su cabello mojado, estaba con unos shorts cortos holgados y una camisa sumamente ajustada. Tragué —Saint, ¿En que te puedo ayudar, phi?

—En lo primero que me ayudarás es en dejarme pasar— Dije haciéndolo a un lado y sí, efectivamente salió corriendo. Una maceta estaba tirada justo en medio de la sala de estar. Lo olvidé y ya adentro me giré para verlo mientras dedicaba una débil sonrisa —Y en lo segundo, sería que te cambies de ropa.— Terminé y me senté en el sofá negro de su sala. Me crucé de piernas y levanté una ceja —¿Qué esperas?, dije que te cambiaras

—Pero P'. Esta es mi cas..

—Contaré hasta diez. Uno, dos, tres...— Y antes de terminar pude ver como salió disparado hacia alguna habitación, reí mientras daba una checada a mi celular

No había nada interesante, levanté la vista y observé su casa. A excepción de la pobre maceta tirada su casa era un espejo perfectamente bien pulido, este hogar era más grande que el mío y con más lujos. El maldito tenía una colección de estampillas que en mi vida habría visto. Conservaba algunos cuadros con fotos suyas y de sus amigos o familia, lo que sea, no debería de importarme quien sean. Parpadeé un par de veces y observé que tenía una pecera con dos pececitos dorados, me acerqué

—Oww, ¡Pero que lindos que son!.— Dije mientras acariciaba la pecera de cristal. Puse mis manos en mis muslos y sonreí patéticamente a los pobres animales que no tenían la culpa de que fuera un obsesionado . Con mi pulgar dibujaba círculos imaginarios alrededor de esta mientras miraba detalladamente como se movían y jugaban entre sí. Me divertía el hecho de que tal vez les agradara

Ahora que lo pienso, pobres animales

—P'Saint, ¿Qué haces?— Escuché la voz del chico al que mandé a cambiar hace unos minutos. El vió todo mi espectáculo y sonreí con vergüenza. Se acercó a mi. Justo ahora se veía mejor, tenía unos pantalones ajustados con una blusa holgada y su cabello ordenado a la perfección. —¿Te gustan los peces?. El se llama Min y ella se llama Moon. Son lindos, ¿verdad?

—Son muy lindos

—¿Para que me mandaste a cambiar, phi?. ¿Soy desagradable cuando estoy en mi casa?

—Eh, ¡No!. Claro que no. Digo, uh, yo.— Me golpeé la cabeza para secar mi tartamudeo y reí nuevamente —Siempre te ves bien, solo que hoy mi madre quiere que vayas a cenar. No puedes rechazarme ahora, ¿cierto?

—Phi, me lo hubieras dicho antes, hasta pensaba que me ibas a matar

—¿Cómo mataría a mi nong?. ¿Soy estúpido?

ɪᴛ's ʏᴏᴜ, ᴏɴʟʏ ʏᴏᴜ                                            [ᴘᴇʀᴛʜsᴀɪɴᴛ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora