☔︎No creas lo que piensas

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Louiza:
Entro a mi casa, dejando caer mi mochila al lado de la entrada de la casa.

Eran las cuatro de la tarde y ya estaba demasiado cansada, habíamos hecho deportes en el gimnasio de la escuela. Nunca he sido buena en los deportes, ya que soy muy insegura de mi cuerpo y siempre estoy al pendiente si me ven alguna parte de mi anatomía.

Paso casi todos los días sola en mi casa, debido a que el trabajo de mi madre requiere la mayoría del día para poder tener un buen salario.

Camino hacia el baño, abriendo la puerta con cuidado. La luz se refleja hacia mí y lo primero que veo al espejo es mi anatomía. Miro mi reflejo en el espejo del baño, los músculos tensos y el cansancio visible en mis ojos. A pesar de los esfuerzos por disimular mi incomodidad, no puedo evitar sentirme vulnerable. Me quito la ropa con cuidado y me meto en la ducha, el agua caliente aliviando en parte el agotamiento que he sentido durante todo el día.

Mientras el vapor llena el baño, trato de despejar mi mente. Siento la presión de mi inseguridad y cómo me sigue afectando, a pesar de las ganas que tengo de mejorar, se me hace demasiado difícil. Aún así ya he aprendido a acostumbrarme a la ridícula sensación de ser yo misma.

Luego de la ducha, me visto y decido hacer un esfuerzo por cambiar mi enfoque. Me siento a estudiar un poco antes de la cena, buscando distracciones que me saquen de mi mente autocrítica.

☔︎

Al día siguiente, en el colegio, el ambiente es diferente. A primera hora, el aula está llena de murmullos y risas mientras los estudiantes toman sus lugares. Entre ellos, noto al nuevo compañero, Ha Neul, que acaba de llegar a la escuela. Tiene una presencia serena y una sonrisa amistosa que contrasta con mi propio nerviosismo. Tengo que actuar mejor, me digo a mi misma.

El profesor presenta a Ha Neul y lo asigna a la misma mesa que yo. Me encuentro con su mirada y, a pesar de mi inseguridad, decido ser educada y le ofrezco una sonrisa tímida. Ya nos habíamos presentado y al ser de nuevo compañeros en otra clase me parece genial.

—Hey. —Digo, tratando de sonar natural.

—Hola. —Responde él, mirando hacia el suelo.

Durante la primera clase, intento concentrarme en la lección, pero es difícil no sentirme nerviosa. Ha Neul parece percibirlo y, sin parecer forzado, comienza a hacerme preguntas sobre el material, lo que me ayuda a relajarme un poco. Me sorprende su paciencia y la manera en que se preocupa por que entienda las cosas, no como una competencia, sino como un compañero genuino.

A medida que avanzan las clases, descubro que Ha Neul es un buen oyente y se interesa en lo que habla el profesor. Pero yo sólo me puedo enfocar en las muecas que hace al intentar concentrarse, lo cuál me parece tierno.

Con el paso de la hora, el profesor nos dice que eso es todo por hoy. El resto del aula empieza a guardar sus cosas, acción que hago también. Al darme cuanto mi compañero es el primero en salir del cuarto, de nuevo intentado no cruzar miradas con nadie, acción que me da interés por conocerlo mejor.

El arte de ser nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora