Capítulo 22

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Camila apretó con fuerza la mano de Lauren intentando buscar un lugar en el cual haya protección. Inmediatamente suspiró una y otra vez asustada y le miró; este conocía la voz.

Sabía de quien se trataba e inmediatamente fue a la habitación en la que lo había escuchado, mientras todos se quedaron atrás jugando y Zoey le pedía que por favor no vaya; que estaba asustada.

Camila apretó los ojos con fuerza y cuando los abrió notó que Dan, Taylor y Harry no se encontraban allí. Frunció el ceño, algo le olía mal, ¿como era posible?

Se fijó en Alexa que tenía una leve sonrisa en los labios; como si quisiera reír, pero quería aparentar miedo. Era obvio. Entonces comprendió todo cuando se comenzaron a escuchar las risas de Dan; era imposible que no riera. Salió del baño mientras apuntaba a la chica y le repetía una y otra vez que había estado realmente mal. Ella lo miró molesta.

- Idiota - le dijo - me asuste.. - miró a Alexa - y ya se entonces quien fue la que movió la moneda - ella se encogió de hombros. Como diciendo que era ella; no cambiaría y perdón. Rieron.

Durante el resto de la tarde se dedicaron a contar historias divertidas; nada de juegos de terror. Estaban sentados alrededor de una mesa llena de comida contando cosas y recordado. Y Zac no era tan tímido como aparentaba; tenía varias historias para contar. De hecho; fue quien más habló en ese lapso de tiempo y quien más dio risa.

Lauren abrazaba a Camila; Enero había llegado.

Puso eso en su mente, ¿cuando le diría que se tendría que ir? Ya llevaban tiempo de esa hermosa relación y no quería que se acabe tan pronto; y es que si ella hubiera sabido que todo eso pasaría nunca le habría pedido que fuera su novia. No porque no quisiera; simplemente porque le provocaba un tanto de tristeza - un tanto, mucho al decir verdad - el hecho de no verla más. Le partía el corazón en mil pedazos y esos pedazos en más pedazos y esos pequeños pedazos en pedazos aún mas chicos.
Añicos; Y con esos añicos el podría hacer una enorme torre en donde todos sus sueños se nublen de repente y podría irse con ella para no volver a aparecer nunca más en la realidad.

Lauren había oído escuchar acerca de controlar los sueños. Aquello que tu puedes hacer lo que tu quieras con tu mente y crear las más fantásticas historias. Y como eran sueños; te metías en ellos de una manera tan real que parecía que fuera tu vida misma. 
Pero había sólo un problema; no eran reales.
No lo vivías y siempre había un momento en el que por obligación de ti mismo tenías que despertar; y era entonces cuando te dabas cuenta de que lo controlabas todo sin darte cuenta.
Pero era también el momento en el que comprendías que no podías soñar algo por siempre sin hacer algo por conseguirlo y luego quejarte de que no lo tienes.
La noche se hizo larga; mucho más larga que en otras ocasiones. Porque ahora así lo decidió la chica; porque ahora la tenía abrazada y se olvidó del mundo y de todo lo demás. Dejó de escuchar a todos; excepto la dulce risa que salía de su boca cada vez que decían algo divertido.
Y eso era todo lo que Lauren necesitaba para ser feliz; al menos por el momento no necesitaba un beso. Necesitaba a Camila; junto a ella, su risa. El hecho simple de saber que ella es feliz por lo menos en esos segundos y de que ella puede disfrutar de eso; porque la felicidad de ella se convierte en la felicidad de Lauren.

Y entonces la comenzó a observar; tan hermosa. Con su cabello en su brazo; ya que la tenía completamente rodeada como si nunca la quisiera soltar; y aunque su mente inocente piense lo contrario era así. Si fuera por ella nunca la soltaría; porque era tan perfecta ante sus ojos.

Aunque a Camila no le gustara el ruido que hacía su risa. Aunque a Camila no le gustara la manera en la que se veían sus brazos al descubierto. Aunque a Camila no le gustara el olor a su perfume y el olor a ella misma. Aunque a Camila no le gustara la manera en la que sus mejillas se levantaban para sonreír. Aunque a Camila no le gustara la forma en la que caminaba cuando estaba cansada; cuando no lo estaba y cuando tenía ánimo. Cuando estaba aburrida y cuando estaba entretenida; aunque a Camila no le gustara nada de lo que hacía, ni de lo que para era buena y para lo que no.

Una Simple Canción De Verano. -EDITANDO- (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora