Capítulo 1

102 27 16
                                    


Alexia

Cuando leemos un libro o vemos una red social en su mayoría nos muestran modelos perfectos para hacernos sentir que lo que tenemos no es suficiente, muy dentro de nosotros deseamos tener lo que los famosos tienen "perfección", en los libros nuestros estándares  altos para nuestra futura pareja y eso fue lo que me paso, yo quería vivir mi cuento y terminar con mi "feliz para siempre", aunque desde pequeña me han enseñado cómo comportarme ante cualquier situación que se me presente debido a la posición social de mi familia, no importa que tan dura sea, mi madre siempre me dijo que en la vida no todo sería como yo quería, ella siempre habla conmigo sin pena alguna, sinceramente y aún lo hace, la que ya no le habla con la verdad soy yo, no me siento orgullosa de eso, pero hay cosas que no puedo comunicarle, pero espero algún momento poder hablar con ella del rumbo que tomó mi vida.

Mi mamá  me hablaba muy a menudo de cómo sería enamorarme, de lo feliz que sería cuando lo encontrara, recuerdo que expresó que no me rindiera porque al inicio cuesta, sin embargo, que con el tiempo todo sería maravilloso, dijo que sentía mariposas en el estómago, que mi mundo giraría alrededor de esa persona, que mi cabeza solo pasaría imágenes de él, y  claro mi mamá no podía tener más razón, lo digo por qué así exactamente me sentí cuando lo mire por primera vez a mis 10 años de edad, sé que estaba pequeña, pero supe que era amor desde ese momento.

Desde ese día yo no volví a hablar sinceramente con mamá, por alguna razón algo en mí me manifestaba que mamá no entendería lo que me pasaba, mi primer amor, pero vamos como le digo que me enamore de un hombre que no era para mí, pero que nunca me arrepentiría de amar por más cruel que sea, no me importaba la diferencia de edad, no me importaba lo que dijera las personas, yo lo amaba a él, pero él a mí no, aunque admito que mis ilusiones de niña no me dejaban ver la realidad.

—Alexia, ¿cariño está todo bien?— Habla mi padre, supongo que por verme perdida, cosa que no es común en mí.

—Si, todo bien, disfruta tu día papá— Lo tranquilizo, sé que él aún me ve como la niña que jugaba con él a las princesas y que solo quiere proteger.

—¿Segura princesa?— Dice tomando mi mano sobre la mesa.

—Siempre estoy bien papi— Miento para cerrar la conversación, él me sonríe y vuelve a hablar con mamá que está al otro lado de la mesa.

Volteo a observar al resto de las personas en la mesa, hoy se supone que sería un día maravilloso, que mi familia y yo celebraremos con nuestros amigos, el cumpleaños de mi padre, hoy se suponía que me olvidaría de él, aunque lo viera en la fiesta, aunque todo tuvo un buen inicio, todos hablaban felices y mi padre se notaba contento, después de tomarnos muchas fotos con mi hermano y su esposa e hija, pasamos al comedor, pero yo no me sentía también, sentía que todas las personas se habían bañado en sus lociones que cabe decir eran muy fuertes,  segundo no estaba nada contenta con el lugar donde me tocaba sentarme, que aunque era a la par de papá, me hacía tener una perfecta vista del chico del que llevaba enamorada desde mi infancia frente y con el que tuve mi historia que duró algunos meses, pero la vida se encarga de que solo puedas tocarla la felicidad con la punta de los dedos y nada más.

Me iba a levantar para ir a tomar aire fresco, los olores me daban ganas de vomitar, pero me dio un mareo cuando intentaba salir del comedor, respire hondo y trate de mantener la compostura, no quiero que mi padre se preocupe y menos hoy.

Sorpresas del Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora