Montañas de edificios se erguían delante de sus ojos café, y entre ellos, el sol del atardecer se escurría hasta tocar gentilmente su rostro. “¿En qué cojones me he metido? ”Ese fue su primer pensamiento al visualizar tal escena. Estaba de nuevo en aquella ciudad, donde sus peores pesadillas se habían vuelto realidad, donde había sufrido, llorado, bebido whisky escocés y fumado paquetes de tabaco hasta reventar.
Salió del recinto del aeropuerto y se dirigió hacia el cementerio, algo dentro de él añoraba ir a ese lugar todas las mañanas, antes de empezar su turno en el CNP como superintendente. Una vez habiendo llegado, se paró en frente de dos lápidas, ahí yacían agentes caídos bajo su mandato; por mucho que lo negara, extrañaba las risas, lloros e incluso enfados de aquellos, pero todo ya se había ido al garete. ¿Cuánto tiempo había pasado, años?, sacudió un poco de polvo de las piedras, así revelando los nombres de los funcionarios y la fecha de sus fallecimientos. Repitió lo mismo con otras cuantas tumbas, buscando con la mirada alguna que tuviera el nombre de aquel comisario, no la encontró y sin darle muchas vueltas a la cabeza, se adentró en la iglesia a pocos metros.
Una vez dentro pensó, pensó en el Cuerpo Nacional de Policía, pensó en Alexander, en Gonetti, en Torrente, Yuu, Nikolai, Leopoldo, también pensó en Greco, ¿qué habría sido de él? O mejor dicho, ¿qué había pasado con todo el cuerpo?, había visto coches de policía pasar, pero no eran exactamente del CNP.
Se paró en frente del altar, la imagen de un Cristo mirándole con melancolía y nostalgia, le devolvió la mirada y a su mente vino la imagen de Julia, su primer y difunto amor, a la que proclamó la mujer de su vida; con ella, vino la imagen de sus hijos pequeños, Danielle y Matthew. Los echaba de menos, la muerte se lo lleva todo por delante, ¿no es cierto?. Recordó a Gustabo, Horacio; quienes con aún teniendo poca diferencia de edad consideraba sus propios hijos.
Pero, ¿por qué en estos siete años no se había contactado con ellos?, fácil, sus fantasmas del pasado lo atormentaban día a día, aún estando lejos de esa maldita cuidad. Se le dificultaba dormir por las noches, fumaba su peso en tabaco para intentar hacer frente a la ansiedad que le carcomía por dentro y revolvía sus intestinos, se emborrachaba hasta no recordar nada y vuelta a empezar. No quería revivir esos recuerdos, no quería volver a tener nada que ver con Los Santos; sin embargo esa llamada ocurrió, Michelle le dijo que debía volver, que el FBI y antiguo CNI los necesitaba y que harían lo que fuera para volverlos a reunir. Eso, por desgracia, lo trajo de vuelta; él no tenía miedo a morir, pero sí temía por la seguridad de sus antiguos compañeros, o los que quedaran vivos.
Salió de su ensoñación al escuchar unos pasos detrás de él, se giró y vio a dos hombres, éstos se sentaron en uno de los bancos al fondo y sin dudarlo se acercó a ellos, tenía un presentimiento; le eran bastante familiares.
-¿Quién coño sois?- no comprendía la razón de alguien para estar en la iglesia donde todo había ocurrido hacía tantos años a estas horas de la noche.
-¿Eres tú?- el chico rubio habló.
-¿Qué? ¿Quién eres tú?
-Uhh... Está jodido, eh- dijo, susurrando, pero esta vez para el otro hombre a su lado quién llevaba una peculiar cresta de color gris.
-Pero... Eh... ¿es él?- respondió, con el mismo tono de voz que su compañero.
-¿Que quién soy?- dijo alto y claro Conway.
-Sí, sí- respondió con obviedad el de cabellos platinos.
-¿Tampoco te acuerdas? ¿No nos reconoces?
Ante estas dos preguntas, se quedó mirando al chico con desconcierto, de un momento a otro sus ojos se abrieron como platos y con un tono de voz dulce y aterciopelado preguntó.
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༺ 𝐼 𝑠𝑒𝑒 𝒓𝒆𝒅 ༻ ᵛᵒˡᵏʷᵃʸ
Fiksi PenggemarJack Conway lleva mucho tiempo lejos de la ciudad de Los Santos, cuando vuelve se encuentra con alguien que creía difunto y enterrado muy profundo en sus recuerdos. ༚ Viktor Volkov x Jack Conway. ༚ Lenguaje vulgar, habrá escenas +18. ༚ Angst. ༚ Vikt...