[I] capítulo 1: Desgracia

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Un escalofrío les recorrió la espina dorsal mientras caminaban con pasos inestables

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Un escalofrío les recorrió la espina dorsal mientras caminaban con pasos inestables. El frío royendo sus huesos con una calma siniestra mientras en la penumbra bajo la sombra de los árboles y arbustos, varios ojos ansiosos esperaban el momento ideal para atacar.

Patéticamente se habían salido del camino seguro y habían vagado un tiempo en las profundidades del bosque, aún no encontraban la planta espiritual para curar la mordedura de la serpiente-escorpión. La situación era de vida o muerte, tomando todo su valor y entrando al territorio de los hombres bestias, su shixiong estaba agonizando y si no encontraban la cura era seguro que moriría en un par de horas.

Liu Qingge y compañía no eran humanos espiritualmente débiles, esa es la razón por la que, a pesar de ser asechados por innumerables hombres bestia, ninguno se atrevía a hacer el primer movimiento. ¡Pero vaya que estaban emocionados! No todos los días se podía ver a dos hembras vagando solos por las profundidades del bosque.

(Se le llama hembras a los hombres bestia que renacen como humanos)

Shen Qingqiu estaba sudando como loco al lado de Liu Qingge, ambos concentrados y fuertemente armados cada uno con una poderosa espada. Caminaron incontables pasos, casi agotando todas sus fuerzas. Hasta que al fin encontraron la planta espiritual que lo cura todo, el hongo del rocío del sol y la luna, creciendo cerca de un pequeño manantial, iluminado por la luz del sol bajo el extraño agujero que se hallaba en el follaje de los árboles. Todo el bosque era denso y casi no se podía ver el cielo, del mismo modo la luz solar no atravesaba el follaje de la copa de los árboles. Pero en ese lugar había un agujero para que la luz entrara, y a juzgar por la apariencia del lugar, bien podría ser el nido de un hombre bestia.

Recogieron todo lo que pudieron del verde hongo, de prisa y sin pausa. Ni si quiera se dieron cuenta de las pupilas conspicuas que asechaban más allá de las enredaderas, sin saber que la gran roca que respaldaba el manantial, tenía un agujero, y naturalmente, alguien habitaba allí. Las pupilas de la serpiente se agrandaban y se encogían mientras miraba con recelo a ese par de hembras robar su comida.

La serpiente se estaba preparando para conseguir una hembra, pero inesperadamente dos llegaron solos hasta la puerta de su casa, más maravilloso no podía ser.

La aldea más cercana quedaba a un par de millas del bosque, lo suficiente como para caminar un días y una noches sin detenerse. Era bastante lejos. Las hembras también eran algo muy singular en el bosque, los que habían ya tenían dueño y eran absolutamente preciados. Normalmente ningún humano se atrevía a tentar los cielos y cortejar a la muerte entrando al territorio de hombres bestia. Los hombres bestia luchaban entre ellos mismos para arrebatarse a las hembras o se exponían intentando atrapar una en alguna aldea cercana.

Zhuzhi Lang había visto hembras de todo tipo a lo largo de su vida, pero jamás unos de tan buen aspecto. Ambos hembras estaban limpios y ordenados, una espada enfundada colgaba de la cintura de cada uno. ¡Por eso habían llegado tan lejos! No era hembras común y corrientes, estos hembras eran del tipo más bárbaro, el premio mayor.

𝐇𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞𝐬 𝐛𝐞𝐬𝐭𝐢𝐚 - 𝐋𝐢𝐮 𝐐𝐢𝐧𝐠 𝐆𝐞 𝐱 𝐙𝐡𝐮𝐳𝐡𝐢 𝐋𝐚𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora