Introducción

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Petricor

Dolor. Amor. Emoción. Vivencias. Desvelo. Milagros. Sentimientos.

¿Qué es una cosa sin la otra, más que simples palabras sin sentido? ¿Qué es el dolor sin desvelo? ¿Qué es el amor sin la emoción, las vivencias? ¿Qué son los milagros sin el sentimiento de sentirse bendecido por la posibilidad de experimentar? De vivir.

Y así comenzó mi nueva y espectacular historia.

Experimenté. Lloré. Derramé lágrimas embebidas en licor de dulce de leche, de frutilla, de frutos tropicales. Ahí fue donde experimenté lo que era sufrir mientras sucumbía al sentirme vacía y encerrada, me dejaba llevar por el alcohol, y me ofuscaba con mis propias emociones. El feeling, le dicen, pero yo le llamaba petricor, o, más bien conocido, como "olor a tierra mojada" u "olor a lluvia".

¿Por qué petricor u olor a lluvia? Es un significado extraño, por supuesto, pero es el concepto que le doy a la sensación satisfactoria previa a un diluvio, una tormenta, una catástrofe capaz de destruir hogares o unas gotitas capaces de hacerte sonreír y sentirte vivo.

Así es. Petricor. Dos puntos extremos en donde, por un lado, nos encontramos al borde de perderlo todo y otro en donde nos sentimos como en películas, con hambre de experimentar la sensación de un mundo nuevo.

El feeling, el sentirse viva.

Los sentimientos son tan extraños. Son resultado de otros que aparecieron antes y huellas de los que van a aparecer después. Son impredecibles, catastróficos, impulsivos, líderes y corruptores, capaces de elevarte y destruirte en segundos. Así es la vida, mejor dicho.

Esta no es una novela en donde desarrollo la historia de amor entre dos personas (o quizás sí, ¿quién sabe?) Esta es una alarma, una alerta, en donde por fin profundizamos lo que es, verdaderamente, el sentirse vivos a través de emociones fuertes como, por ejemplo, el sufrimiento. ¿Qué seríamos sin el sufrimiento? Nada. La respuesta en nada. No pienses en otra, tampoco pienses en que serías feliz porque no es así.
Seríamos un mar sin agua. Seríamos kilómetros y kilómetros de profundidad, de vacío, y no le daríamos significado a ese feeling. Necesitamos ser llenados de dolor para aprender de él y hacernos fuertes. Necesitamos crear momentos. Sufrir por ellos. Enorgullecernos de nosotros.

Necesitamos renacer.

¿Cuál es el objetivo de esto, entonces? Es sencillo, corto, y claro: esta es una historia, mi historia, de cómo las emociones cambiaron mi forma de pensar y me convirtieron en lo que soy. Una luchadora. Va a haber amor, problemas, idas y vueltas, revoluciones internas y gritos silenciosos en donde sólo serán escuchados si abres tu mente y te permites oír.

Y si te preguntas el principio de este cuento, entonces te responderé con palabras claves: dolor, calor, ardor, emociones... así comienzo.

Si te preguntas el desenlace, entonces te responderé con otra palabra clave: petricor. Su significado es mi resolución.

Y, por último, si te preguntas mi final: no tengo.

Quizás termine con un punto final, pero esta historia sigue y sigue. No termina nunca. Porque empieza con nuestro nacimiento y continúa en nuestros corazones.

Así como yo siento, tú también lo haces.

Recuerda siempre: nuestro sentir es... inconmensurable.

Recuerden dejar su voto y/o comentario si les gustó✨💛
Saludos!
- Noah.

Lágrimas embebidas en licorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora