Era lunes por la mañana.
Christopher y Erick habían quedado en almorzar juntos al medio día, irían a una cafetería que les quedara a mitad de camino a los dos por sus trabajos, y se encontrarían en el lugar.
Erick estuvo revisando unas que otras facturas y cheques para pasarlas a su lugar correspondiente organizándolas en excel. Cuando terminó, envió el formulario a la dirección de correo correspondiente. Esta parte ocupó las primeras tres horas de su mañana, y aún le faltaba un montón de trabajo.
Durante todo el fin de semana Christopher se quedó en el apartamento de Erick, no quería que cuando apenas estuviera entrando al suyo Erick estuviera en la otra esquina de la ciudad. El de ojos verdes se estuvo quejando durante unas horas, recordándole que no era un niño y que la decisión que fuera a tomar sería una que el estuviera pensando bien y haberla aprobado.
El castaño por su parte, no discutió mucho con su amigo porque tenía demasiado trabajo que hacer y sus dos únicos días de descanso se la pasó adelantando su trabajo en base a la liquidación de los impuesto para luego continuar gestionando los cobros y pagos en la empresa. Por esto, el sábado cerca de las tres de la tarde llamó al pelirrubio para cancelar su cita disculpándose.
A las doce en punto del medio día, Erick se levantó de su lugar y salió de la oficina, claro, no sin antes haber dejado organizado su escritorio. Saludó a algunos compañeros que se encontraba a medida que iba hacia su auto, ya en este, solo encendió y lo puso en marcha.
No había demasiado tráfico, facilitando su llegada a la cafetería en menos de quince minutos. Al bajarse, notó que su castaño amigo también iba llegando al verlo bajar de su auto, el cual parqueó un poco alejado.
—¿A caso me tomaste el tiempo? — pregunta Christopher una vez que esta cerca de su amigo.
Erick rueda los ojos y camina a su lado hasta la entrada.
—Dijiste que me invitarías el almuerzo, así que pagas.
—¿Quien dijo que pagaría?— El castaño frunció el ceño.- Te invité al lugar, pero no a la comida. Si quieres solo me observas.
Erick se detuvo detrás de Chris cuando llegaron a la caja para pedir.
El castaño al final terminó pagando ambos pedidos, a lo que Erick sonrió triunfante.
—Por cierto, he pensado y hablé con mi prima. Me dijo que el próximo fin de semana celebrarán el cumpleaños de Calie en un parque de inflables. — Erick volteó a mirarlo prestando atención. Estaban buscando un lugar para sentarse. — Así que te ofrecí como cuidador de Calie y los niños. Prácticamente como niñero de unos 23 mocosos. Verás que eso realmente no es lo que quieres.— Christopher lo miró a los ojos diciéndole con la mirada que ese era un mal camino y que no lo tomara. Como si el de ojos verdes fuera a suicidarse y el castaño estuviera diciendo las razones por las que vivir.
Erick, en cambio, sonrió grandemente sintiendo la emoción en su pecho.
—Eso es genial. Será súper divertido, como cuidador podré jugar en los inflables.— lo tomó por los hombros mirándolo con sus emocionantes y alegres ojos. —¿A qué hora será?
Empujando sus manos que tocaban su cuerpo, Christopher volvió a tomar camino volteando hacia delante.
—Será durante todo el día. Te lo advierto, es mejor que escapes mientras puedas. Hace dos años me tocó de payaso y regresé con un ojo morado bañado en comida. —Lo miró serio durante unos segundos antes de volver a voltear. —Karla realmente se siente feliz de que decidas liberarla. También me dijo que soy el peor primo y que debería aprender de ti. —Christopher estaba por sentarse con Erick en la mesa, cuando escuchó su nombre.
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¡Erick quiere un bebé! - Joerick
Fiksi PenggemarErick está por cumplir sus 26 años, la edad que planeó para tener un bebé. Está buscando a alguien para aquello, porque de la forma que sea será padre. Y lo será soltero. //////// Ø Ø Ø