Un Millón

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Creo que no podia haber elegido un mejor día para renunciar a mi trabajo,
era tan, pero tan estresante, aún estuviera a menos de 10 minutos de mi casa creo que no compensaba lo que recibía de sueldo,
pero bueno, al final de todo tenia más oportunidades de trabajo, hacia un día soleado y un poco de aire fresco, aparte que había quedado con Alice para beber algo esa noche,
así que no había una razón para estar triste o melancólico, bueno, almenos eso pensaba hasta ese momento.

Llegue a mi casa con una sonrisa de extremo a extremo,
creo que en toda mi vida laboral nunca había estado tan feliz de haber renunciado, pero esa vez era muy diferente dado que había un porqué muy especial  almenos para mí; me di una ducha, me puse un conjunto casual dado que quería causar una buen impresión en ella y porque no, me comí una manzana antes de salir,
porque para este punto lo único que había comido es un emparedado de jamón y queso por la mañana;
Al salir de mi casa tuve un sentimiento algo extraño, como si algo no quisiera que dejase mi hogar, pero al fin de cuentas no le tome importancia porque igual ya se me estaba haciendo algo tarde para llegar al restaurant donde había quedado,
camine un par de cuadras de mi casa cuando de nueva cuenta ese sentimiento volvió a invadirme pero ahora un tanto más fuerte, incluso podía sentirlo dentro de mi pecho pero no me ya era demasiado tarde para regresar, estaba ya a un par de calles y no iba a hacerlo,
llegué al sitio y di el nombre al cual estaba echa la reservacion, me llevaron a mi mesa y me dispuse a enviarle un texto a Alice,
pasaron los minutos y aún no llegaba, a lo cual bueno, era entendíble ya que su hogar estaba algo lejos, pero después esos minutos se convirtieron en horas, ahí supe que algo no estaba bien dado que ya le había echo un par de llamadas y no las tomaba, fue entonces que decidí abandonar el lugar un par de horas después; para este punto no me sentía frustrado o enojado, a decir verdad me sentía más angustiado y preocupado que cualquier otra cosa, ¿porque no llegó si me prometió que ahí estaría? era la pregunta que más se repetía en mi cabeza.

Pasaron los días, fui a buscar trabajo en una empresa la cual me habia contactado antes,
me alegró que me recibirían con los brazos abiertos, aunque al entrar a recepción me di cuenta de un pequeño gran detalle,
la secretaria tenía exactamente los mismo apellidos de Alice,
esto me dejó pensando tanto que en mi primer día no fui nada productivo por estar dando vueltas a la idea de que ella fuera algún pariente de Alice, esto talvez era más que claro pero no tenía el valor suficiente para acercarme y hacer charla con ella, por lo cual tuve que crear algún plan que me hiciera coincidir con ella,
esto era relativamente fácil porque ella tomaba mucho café, por lo cual se pasaba un 40% de el día en la zona del mismo, así que porfin, después de un par de días reuní todo el valor posible y coincidi con ella en el café:

-Hola, ¿que tal?

le dije yo con un tono de voz algo alegre

-Emmm ¿hola?, perdon ¿nos conocemos?

me respondio ella algo desconcertada

-Emmm no no, para nada pero igual quería saludar

dije con un tono de voz algo ya menos insistente

ella ya no respondió nada y se quedó sirviendo su café, lo cual hice yo también, vaya, ya estaba ahí y tenía que aprovechar pero sin dejar de notar que ella me miraba de reojo;
pasaron unos minutos, y cuando ya me iba a retirar a mi escritorio ella tomó mi mano y la apretó un poco:

-¿Tu eres Liam, verdad?

me dijo con un tono de voz algo quebradizo

-si, lo soy ¿pero como es que lo sabes?

le respondi algo extrañado

después de esto ella no hizo nada más que entrar en un llanto sumamente profundo, me sentí muy extraño, ella era una desconocida y ahora estaba llorando frente a mi solo por haberle dicho que si me llamaba Liam,
esto se volvía cada vez más extraño, después de un par de minutos me abrazo un poco y dejo de llorar, ahora solo sollozaba:

-¿dije algo que no debía?

le comenté de una manera algo agradable

-no, no es eso, es que tu eres el chico

menciono ella entre fluidos nasales

-emmm, ¿que chico?

en este punto ella se separó de mí, se limpio lo más que pudo el rostro, seco sus lágrimas y tomó su café, caminó algunos pasos hacía recepción y de la nada ella se detuvo, dio media vuelta y extendio su brazo,
con su mano me estaba entregando un sobre, lo tomé y ella solo dio vuelta y se alejo hacia su puesto;
estaba demasiado confundido hasta este punto, ¿que acababa de pasar? ¿quien era esa chica? ¿que había dentro de ese sobre?
estas eran las 3 preguntas que me pasaban por la mente hasta llegar a mi escritorio.

Paso el tiempo y porfin se llegó mi hora de salida; no se porque pero algo dentro de mi relacionaba a Alice con lo que habia dentro de el sobre, al igual que un sentimiento me decía que no debía de abrirlo, que talvez era algo que debía quedar ahí dentro, pero mi curiosidad ganó y al llegar a mi casa lo primero que hice fue subir a mi habitacion y abrir el sobre...

Creo que ese fue el momento en el cual ya no habia vuelta atras,
en el venían 2 cosas, una carta y un brazalete, este último con la frase "Un millón" tallada en el, no entendí muy bien el porqué, por lo cual me puse a leer la carta:

"Hola Liam:

Soy tu pequeño sueño echo realidad, soy Alice,
talvez para el punto en el que estés leyendo esta carta ya hayas notado que falte a nuestra pequeña cita, lo siento, de verdad quería ir,
un par de días antes fui a comprar un vestido para asistir a nuestra velada, compré también unas zapatillas negras y unos pendientes que estaba segura que te gustarían, recuerdo que aquella vez en el parque me mencionaste que te gustaban los caballitos de mar, así que los elegi por ti, estaba lista para salir, pero creo que al final los médicos tenían razón, esta carta la escribo desde el hospital para ti, porque se que esa noche tu te quedaste esperando por mi, se que hiciste lo posible por asistir y no sabes lo feliz que me hace sentir eso, eres la única persona en mi vida que me a echo sentir lo que es ser feliz realmente, lamento no poder seguir a tu lado compartiendo más momentos, pero por ello le pedí a mi hermana que llevara esos pendientes con alguien para que los hiciera un brazalete y que grabarán en el una frase que jamás te dije, pero creeme que senti desde el primer momento que te conocí, porque al hacerlo llegaron a mi un millón de emociones que invadieron mi alma y mi corazón, fueron esas emociones las que me salvaron de congelarme aquel día y gracias a ti pude sentir lo que es ser especial para alguien.

También le pediré a mi hermana que te entregue esta carta junto con el brazalete, espero que lo conserves por siempre como una muestra de todo lo que significaste para mí... Un sueño echo realidad.

Te amo Lim"

No puedo describir la sensacion que recorrió por mi cuerpo al leer la carta; fue una conjunto de desesperación, tristeza, melancolia y rabia por no poder haber echo algo al respecto, en ese momento solo deseaba verla por una última vez, anhelaba estar esos últimos momento al lado de esa camilla de aquel maldito hospital,
no podía con la idea de que ella no estuviera más a mi lado...

Despues de haber pasado años de todo esto lo recuerdo como si hubiera sido ayer mismo, con la misma angustia, el mismo vacío y la misma rabia de no haber estado para ella; lo que más me reconforta es que cumplí mi promesa, desde aquel día que me puse ese brazalete jamás me lo volví a quitar, aun estando aquí en una camilla en el mismo hospital donde se fue Alice,
enredado entre cables de aparatos médicos pero por nada me lo quitaría.

dentro de unos minutos entrarán un par de médicos a desconectar estos cables y al fin podré volverme a reunir con aquella que siempre fue mi estrella favorita, mi fantasía traída al mundo y mi sueño echo realidad.

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⏰ Última actualización: Nov 05, 2020 ⏰

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