Nunca me vas a perder.

1 0 0
                                    

5.

Escucho una música a la distancia, trato de moverme pero unos brazos alrededor de mi cintura me tienen inmovilizada.

Me doy vuelta en sus brazos y nuestras narices se rozan.

—Marc...despiértate—Trato de separarme pero me pega más a él, si eso realmente es posible—por favor...—respirar empezó a ser difícil.

—¿Hoy tienes algo que hacer?—murmuró escondiendo su cara en el espacio entre mi hombro y mi cara.

El bombillo sobre mi cabeza se encendió pero no por una idea sino como una alerta, por eso mi teléfono sonaba.

—¡Si! hoy tenia que ir a casa de mi mamá porque van a hacer un viaje familiar—suspiro cansada.

—¿No podrías decirles que no vas? así nos quedamos todo el día aquí—tenerlo tan cerca no me deja concentrar.

—O podrías acompañarme a ese viaje—dije sin darme cuenta y solté una risita.

—¿Qué? ¿por qué te ríes?—se separó de mi y me puso debajo de él—¿quieres o no quieres que vaya?—dice mirándome fijamente, acercándose un poco más a mi rostro.

—¿Qué? no, no bueno si—me reí tapándome la cara.

—Respira—se rio—se que soy irresistiblemente guapo pero no te pongas nerviosa—me reí más fuerte.

—Que ego—suspiro tratando de controlar mi respiración—lo que quería decir es que si quieres, puedes venir—él aparta mis manos de mi cara y sonríe acercándose peligrosamente a mis labios.

No sé como pasamos a esto, desde aquel beso no nos dimos otro nunca más y él tampoco lo intento hasta ayer fuera de esa cafetería.

Marco siempre ha sido mi amigo, de esos amigos verdaderos. Siempre ha estado para apoyarme cuando no puedo más y abrazarme cuando estoy triste, las veces que he intentado mirarlo como algo que no sea mi amigo me regaño y me digo que no debo arruinar la mejor amistad que tengo.

—Entonces iré—pasa su nariz por mi mejilla y deja un beso en la comisura de mis labios.

—Marco...por favor—quiero decirle que pare, que esto no es correcto pero no puedo—no podemos—su pulgar derecho delineo mis labios y luego los acaricio—deja de hacerlo, intento resistirme a ti—susurro cerrando los  ojos.

—No lo hagas, ya no lo hagas más—suplicó y lo miré.

—No puedo hacernos esto—lo empujé y me levanté rápido del sofá.

—Li...—me agarró por la cintura y me pegó a su pecho.

—No, Marc no—me voltee para mirarlo—eres lo mejor que le ha pasado a mi vida, no puedo arruinarlo así—apoya su frente en la mía.

—No vas a arruinar nada—intento alejarme pero no me deja.

—Entiende que no quiero alejarte de mi—tomo su cara con mis manos—que no quiero perderte a ti.

—No me vas a perder nunca, te lo prometo—mi teléfono suena y él me suelta para que conteste.

Lo agarro de la mesa de centro y cuando veo que es mamá contesto.

¿Por qué no contestabas? estaba preocupada Lía—suspiro.

—Estaba dormida—respondo.

Son las diez y media, así que tienes el tiempo suficiente para empacar y venir a almorzar con nosotros—miro a Marc.

—Mamá ¿puede ir Marc?—escucho la risa de Sonia y la voz de mi mamá pidiéndole que haga silencio.

Si hija, claro—muerdo mi dedo indice ahora nerviosa por ese viaje.

Sin titulo, ni portada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora