Ira irracional.
La mente de Voldemort estaba dando vueltas.
Este chico tuvo el descaro de atreverse a arrojar casualmente sus objetos de Horrocrux en su cara de esa manera.
Y por alguna razón, su sangre hervía más que de costumbre, proveniente del punto de contacto que tenían. Voldemort miró el brazo que tenía envuelto con su mano. El chico era delgado, pero su antebrazo era sólido bajo su mano y se encontró preguntándose cómo había conseguido el chico esa impresionante capa de músculo que recubría su cuerpo.
Entonces su atención se desvió una vez más, la combinación de un nombre tan parecido al suyo (pero no) y una sugerencia vulgar que cayó de la boca del chico antes-
Ojos verdes, el color de la maldición mortal.
Intentó con todas sus fuerzas sostenerse, pero su cabeza se partía y caía al suelo, un grito de agonía se deslizaba por sus labios. Era como el fuego del infierno, quemando sus entrañas, prendiendo fuego a las partes más profundas de su personalidad. Pero con el fuego llegó el frío curativo, el hielo del conocimiento.
Vol... no, Tom... gruñó el único nombre que pudo. "¡Harry!"
¡No, no lo dejes aquí! No... ¡Regresa! Harry, ¿dónde estás? ¿Harry? Tú... ¡me dejaste aquí! ¡Cómo te atreves a huir de mí! ¡Cómo te atreves a actuar como si no hubiera estado a tu lado tanto tiempo!
Pensando en gritarle, en un segundo tuvo su varita en la mano, apoyándose y viendo las llamas verdes. La ira lo empujó a castigar a su alma gemela, le hizo sentir el dolor que Tom sintió por haber sido dejado atrás durante tanto tiempo que lanzó una maldición sin palabras: la luz verde que golpeó a Harry justo cuando las llamas verdes se lo tragaron.
Un espeso silencio cayó sobre la multitud que le rodeaba, pero no le importó, ignorando el dolor de sus pesados miembros mientras estaba de pie. Mirando sus manos, descubrió que tenían color, una novedad después de haber sido un espíritu incorpóreo durante casi ciento cincuenta años.
Mirando alrededor de la habitación, encontró que los pocos no-Mortífagos ya estaban aturdidos, el resto del grupo lo miraba como si se hubiera despojado de su propia piel.
Invocando un espejo, miró su reflejo. Pelo oscuro y liso, pómulos altos, piel clara, todo como era antes de que empezara a volverse loco con tantos fragmentos de alma, pero la única diferencia con el aspecto que tenía a mediados de los veinte años eran sus profundos ojos granate. Ya no eran de un rojo vivo, pero en vano, casi le gustaba este color (a Harry también le gustarían si estuviera aquí para verte - su cerebro se abasteció traicioneramente). Su cara se retorció en un ceño, dejando que el espejo se disolviera en la nada otra vez. "El mocoso me arregla de nuevo y luego se va? Qué... mezquino."
Un hombre se acercó, Abraxas, como se dio cuenta después de un largo momento, con ojos inciertos. "Señor... ¿eso fue... un hechizo? ¿Qué hizo el chico Peverell?"
"¿Peverell?" Pensó en el nombre por un momento, antes de sonreír. "Ah, sí... Harry... Por muy insufrible que pueda ser, el chico me hizo un favor. Es magia oscura juntar la cordura de alguien, pero lo hizo, y muy bien."
El anciano Malfoy se quedó boquiabierto.
Tom chasqueó los dedos, frunciendo el ceño, un pensamiento que le vino a la cabeza. "Agáchate. ¿Dónde está Barty Crouch?"
Un niño se adelantó, con aspecto de estar asombrado y aterrorizado. "¿Mi Señor?"
"Dime, Barty..." Se adelantó un poco, su altura se elevó por encima de la del adolescente. "¿Realmente ordené un golpe a Luna Peverell?"
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The Graveyard
Science Fiction||El cementerio está vacío porque los fantasmas están en mi cabeza|| Aclaro desde un inicio que esta suculenta obra NO ME PERTENECE, solo lo traduzco. Les dejo el link de la obra original escrita por PurpleMango https://archiveofourown.org/works/18...