Titanic (Billie Eilish y Tu)

Capítulo 6

El desayuno de la semana siguiente lo arruinaría todo en cierta manera con lo que iba a pasar. Como todas las mañanas, Billie y Austin se reunían en la cubierta de paseo a tomar el desayuno, muy en silencio, como no.

-Creí que anoche irías a la cama- le indicó Austin que, sin saberlo Billie, la había mandado a espiar.

-Estaba cansada- se excusó esta.

-Ya. Supongo que tu visita a tercera clase fue agotadora- no le importó a Billie, aquella fue la mejor noche de su vida.

-Pude comprobar que tu mayordomo no dejaba de seguirme como siempre- nadie la engañaba, como pueden leer.

-Jamás volverás a comportarte así- indicó de nuevo Austin- ¿Me has entendido? -Billie lo miró no muy contenta.

-Te recuerdo que no soy uno de tus capataces a los que les das órdenes- indicó- soy tu prometida.

-Mi prometida. ¡Mi prometida, mi prometida! Sí, eso es- Austin había estallado tirando la mesa- Mi esposa en práctica, así que te aconsejó que me respetes igual que se le exige a una esposa que respete a su marido. No creas que te burlarás de mí, Billie- estaba demasiado cerca y Billie estaba asustada- ¿Te cuesta comprender eso? - a lo que esta negó del miedo. - Bien, discúlpame- y tras aquella gran amenaza, se fue como si nada.

Billie quedó en shock ante aquello. Nunca antes le había pasado cosa parecida y tenía miedo. Aun así, tenía que seguir con su vida e intentando prepararse para la misa. Así que llamó a la sirvienta para que viniera a ayudarle con el corsé.

-Fuera- de repente Maggie entró y tras deshacerse de la criada, ocupó el lugar.

Billie no hablo, aunque no podía a causa de los fuertes intentos de aun cerrar más el corsé de Billie la cual casi no podía respirar.

-No volverás a ver a esa chica, ¿lo has entendido? - saltó de repente en medio del silencio Maggie- Billie, te lo prohíbo.

-Olvídalo, madre o el sofoco hará que te sangre la nariz- aquella respuesta no le gustó a Maggie que la giró con brusquedad.

-Esto no es un juego- le amenazó nuevamente- Nuestra situación es precaria. Sabes que no nos queda dinero.

-Naturalmente que lo sé- y es que Billie se enamoró de ello de _______. Vivía sin dinero y, aun así, era feliz. Alguien como ella, sin dinero y eso la hacía feliz- Me lo recuerdas cada día.

-Tu padre no nos dejó nada aparte de que un legado de deudas enterradas tras un buen apellido. Ese apellido es la única baza que tenemos para jugar- Billie asintió- Hija, no te entiendo. Thompson es un buen partido, asegurará nuestra supervivencia.

- ¿Cómo puedes cargarme con esa carga? - se quejó Billie.

- ¿Pero por qué eres tan egoísta?

- ¿ahora me acusas de egoísta? - se defendió esta.

- ¿A caso quieres verme trabajando como una costurera? ¿Es eso lo que quieres? - Maggie casi no podía aguantar el llanto- ¿Ver cómo se venden tus pertenencias en una subasta? Nuestros recuerdos dispersados a los cuatro vientos...- Maggie se giró, no quería que la vieran llorando.

Billie suspiró. Era verdad, hacía nada habían vendido sus pertenencias sin que Austin lo supiera. El pasaje valía mucho, y no tenían nada en aquel momento. Solo la venta de varios muebles familiares y ropas habían conseguido pagar aquel viaje.