Capítulo 1: Mente engañosa

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  El lápiz golpea el suelo, y lo recojo con rapidez sin olvidar los conceptos que he estado estudiando por más de 1 hora.  Claro que, por más que lo haya intentado, termino observando más allá de mi ventana y dejando llevarme por mis pensamientos. Ahora mismo estudiando, pienso que el futuro es algo incierto, algo que asusta a mi mente cautelosa, y aunque sé que no puedo pasar todo el tiempo pensando en algo que no es posible que suceda, mi mente llega a esos lugares igualmente, sin introducción y sin importar qué. Me encuentro en mi último año escolar, por lo que este será el año decisivo para pasar a la otra etapa de mi vida, en donde la vida comienza a hacerse más presente, y los momentos del día más intensos. 

-¡Marie!-Grita mi madre desde el piso de abajo- Iré a hacer las compras, ¿vienes conmigo?

-¡No, lo siento! Estoy estudiando.

-¡Está bien! ¡Cuidate, volveré enseguida!-Dice antes de escuchar el portazo de la puerta principal. 

  Vuelvo mi vista a mis cuadernos al frente mío, y con esa voz en mi cabeza diciendo que siga estudiando, tiro mi cuerpo hacia atrás, cayendo en mis almohadones con la vista pegada al techo. No suele ser bueno cuando comienzo a sentir estrés, pues no soy yo, y comienzo a ser una persona sin ánimo en donde el estudio es mi mayor prioridad, perdiendo contacto con mis seres queridos. Intento mantenerme al borde de una linea para no pasar a esos extremos, sin embargo cuesta, y es por ello que tengo terapia cada un día de la semana, pero no me gusta conversar de ello aunque sé que es sano y lo mejor ir, y termino contradiciéndome sola. Nadie dijo que la vida iba a ser pan comido, pero tampoco dijeron que iba a ser como comer una roca.

  Luego de un tiempo decido volver a mis estudios, al momento que acabo escucho a mamá llegar, gritando un hola y alguno que otros insultos provocados por las bolsas que debe de traer en las manos. Saco mis cuadernos y lápices de la cama, los guardo en mi mochila y bajo la escalera yendo hacia donde está mi madre. Mis padres se separaron cuando tenía 6 años, siendo la hija única de parte de mi madre, pero de mi padre no, pues continuó su vida y formó su familia, por lo que tengo 2 medio-hermanos con los cuales comparto muy poco. Fuimos siempre mi madre y yo hasta que cumplí los 14 años, pues fue en ese entonces en donde ella encontró el amor. Debo reconocer que al principio el novio de mi madre, Marco, no me agradaba mucho, pero con el tiempo fue cambiando mi parecer al ver las acciones y el aprecio que él fue demostrando por mamá, hasta que la boda ocurrió y oficialmente es mi padrastro. Momentos de locura.

-Hola cariño, ¿qué estabas haciendo?-Pregunta cuando entro a la cocina, mientras va sacando cosas de la bolsa. 

-Estaba estudiando biología, tengo evaluación mañana-Le contesto mientras voy revisando las bolsas.

-Bueno, siempre te va bien, presiento que esta vez no será la excepción-Me sonríe, y le devuelvo el gesto. 

-¿Y marco?-Pregunto al mismo tiempo que abro un tarro de papas fritas. 

-Oh fue a ver sus padres, volverá tarde.

  Asentí con mi cabeza al mismo tiempo que daba media vuelta, yendo a sentarme al sofá a disfrutar de estas deliciosas papas fritas. Existen momentos bajos en mi vida, y otros donde soy yo y me siento plena, sin embargo mi mente siempre me ha traído malas jugadas, y a este punto de la vida he perdido varias veces el juego, y no es agradable. A éste punto de mi vida, siento que solo vivimos momentos, y cómo estos caen alrededor nuestro, construyendo una vida basada en ellos. No se define el día en general, se definen por momentos. Lo he aprendido con el paso del tiempo, y es algo difícil de colocar en palabras, pero mientras el día va avanzando se va entendiendo; vivimos en los momentos al mismo tiempo que pensamos en ellos. 

  Levanto mi trasero del sofá y camino hacia mi habitación a acostarme, no sin antes decirle buenas noches a mamá. Mientras me voy colocando la ropa de dormir, puedo sentir en todo mi cuerpo la sensación de hormigueo. Dejo mi celular en el velador al lado de la cama al mismo tiempo que me acuesto dentro de esta; Mañana pretendo que sea un buen día. 

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