ℕ𝕒𝕣𝕣𝕒 𝔸𝕣𝕚𝕒
(9:30 P. M)
Hace poco se habían ido Verónica y Abraham a recoger el arma , me quedé aquí con Lucia en el patio de la escuela sentadas en las bancas cuando escuchamos pasos ..
-Le hice una seña a Lucía para avisarle que este preparada para defenderse o golpear—
-Lucía asintió con la cabeza-
Sentimos que las pisadas venían desde lejos pero no se veía nada, ya que las luces estaban apagados por la hora, poco a poco se fueron acelerando y Lucia me miró un poco confundida
—¿Lista? —susurre
—Si.. —respondió susurrando
—Conté hasta tres con los dedos—
—Ya!—grité
Yo y Lucía nos levantamos rápidamente corriendo hacia el desconocido y le di un golpe en el abdomen y Lucia lo patio en la entrepierna.
—¡Joder!—dijo el desconocido quejándose ya en el suelo—¿Cuál es tu puto problema?—dijo mirando a Lucía
—¡Silencio!—grité poniendo mi rodilla en su cuello para asi inmovilizarlo—¿Quién eres?
—¿Aria?—levantó la mirada
—¿Cómo sabes mi nombre?
En ese momento noté un tatuaje de una estrella verde en el cuello del desconocido
—Trabajas para la mafia del oeste , ¿verdad?—pregunté atandome el cabello por el estrés—¿Qué es lo que quieres? ¿Dinero?
—Trabajo para la mafia del oeste pero en realidad estoy aqui para ayudarlos
—¿Esperas que te crea?—respondí molesta
—No te estoy mintiendo, el hombre que ustedes persiguen, es mi objetivo también, su nombre es Nick, es un ex trabajador de la mafia del Norte. Busca venganza con la mafia de tu padre; la mafia Sur ya que mataron a su hermano menor en un enfrentamiento
—Joder y ahora que se supone que haremos—dije con molestia
—Su objetivo es matarte a ti, debes estar en un lugar seguro y dejar que los demás lo encuentren, él es un ex-militar y sabe manejar armas blancas, de fuego y autodefensa.
—No puedo poner a mis amigos en peligro... —fui interrumpida por una llamada—un momento..
*
—¡Aria! Se llevaron a Abraham—sollozando—¿Qué? ¿Dónde estás? ¿Quién o quiénes lo secuestraron?
—No lo sé, me golpearon y se lo llevaron, lo único que dejaron fue un sobre dorado con unos números y coordenadas, eran dos chicos. Estoy en mi casa.
—Espera ahí, vamos para allá—corté la llamada
*
—Tienen a Abraham, debemos ir a la casa de Verónica, más te vale decirnos la verdad—miré fijamente al desconocido—¿Cuál es tu nombre?
—Mi nombre es Carl—respondió sonriente
—Okay,vámonos
—Antes de irnos—sacó tres armas de su mochila—escojan una cada una, ¿Saben usarlas, no?
-Lucía y yo nos miramos-
—¿Cómo no sabrían? Son hijos de mafiosos, vámonos—dijo Carl
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Hasta que el sol deje de brillar
RandomLa historia de un amor de secundaria puede llegar hasta el final de los tiempos