Jungkook, un chico de 19 años. Un inesperado embarazo.
En un mundo paralelo y lejos de esta realidad, Jungkook y Taehyung son dos miembros de la AMHE, agencia de arte y música. Ambos, junto a sus cinco compañeros se dedican al arte como medida de e...
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❣︎Pochoclo❣︎
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Eran las cinco con treinta cuando Taehyung terminó de trabajar, salió del estudio, y soltó un suspiro de satisfacción al sentarse en el sofá a descansar, había cumplido con su trabajo, y amaba el resultado. Estaba trabajando en una canción con mucho significado para él, en esa canción plasmaba todo lo que estaba sintiendo, lo que extrañaba, lo que anhelaba y lo que agradecía tener. Valoraba el poder expresarse de esa forma, mucho más en ese momento, en el que su cabeza se volvía un huracán y no podía contárselo a nadie.
—¡Taehyungie! ¡levántate! ve a hacerme un sándwich —dijo Jimin con una voz tierna recostándose sobre él.
Tae le dedicó una mirada molesta con un atisbo de ternura.
Jimin rio, él lo había visto trabajar más que nunca, había desarrollado una obsesión por trabajar sin descanso hasta que esté completamente satisfecho con el resultado. Era extraño, no había hecho más que estar sentado en una silla, pero haber hecho trabajar su mente sin parar le hacía sentir como si cada miembro de su cuerpo se entumeciera y le suplicara desplomarse en el sofá.
—Es broma, yo te haré un sándwich, no te muevas —. Se levantó corriendo a la cocina, que quedaba a unos metros, con una isla que la separaba de la sala.—¿Sabes? he estado pensando... y empiezo a detestar que la gente oculte sus sentimientos o emociones, me refiero... deberían normalizar que alguien de pronto llore en mitad de una conversación, o decir lo que realmente les estresa o angustia, somos humanos, a todos nos pasa —dijo mientras preparaba un sándwich. Tae se preguntó por qué hizo ese comentario tan repentinamente.
Jimin siempre hacía eso, quizá había sido demasiado obvio sobre sus preocupaciones últimamente, no dejaba de pensar en una preocupación en específico, y su amigo se había dado cuenta. No era muy sutil su intento de preguntar, pero lo valoraba.
Siempre se preocupaba de cómo se sentía. Hace un par de años, cuando Taehyung acababa de entrar a la agencia y les asignaron el mismo grupo, Jimin era el único que demostraba un especial cuidado hacia él entre sus demás compañeros. Lo cuidaba como a un hermano pequeño a pesar de tener la misma edad.
—Creo que si todos fuéramos más transparentes y considerados, se podrían evitar muchos problemas psicológicos —. Jimin calentaba el sándwich en la tostadora mientras servía un vaso de jugo de fruta.
—No creo que sea tan fácil... —dijo haciendo una pausa dramática. —Yo por ejemplo tengo un problema que me angustia —. Casi pudo sentir la mirada de su amigo tocar su rostro, si eso fuera posible, parecía esperar escuchar lo más importante de su vida. —No he ido al baño a hacer del dos hace varios días, es terrible, eso me tiene preocupado, y no es como que vaya contándoselo a medio mundo.
Realmente lo decía en serio, ¿Y si no volvía a ir al baño y tendría que ir al doctor?. Jimin lo fulminó con la mirada para luego soltar el aire con decepción.
