Día 2

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Me desperté por un horrible olor a quemado, y por impulso baje corriendo a mi cosina.

Me lleve una gran sorpresa al ver a Auron haciendo de comer, una nube negra de humo, y panqueques quemados.
Fui y abrí la ventana para que el humo se fuera y seguido de eso volteo a ver a Auron.

Vegetta: eres un tontito

Auron: lo lamento, quería hacerte el desayuno como agradecimiento, pero no me salió

Vegetta: que desayuno, si me has hecho carbón

Auron: deberias de agradecerme, ni a Luzu le hago el desayuno.

Vegetta al oír eso se calmo y se sentó en la mesa, a comer el desayuno quemado. Pero grande fue su sorpresa que, si le quitaba lo quemado, era una comida deliciosa.

Cuando terminaron el desayuno, Auron se fue de la casa de Vegetta.

Y lo único que podía pensar Vegetta era en el horrible sentimiento de soledad. Pero un recuerdo de Auron sonriendo lo hizo sonreír sin pensar. ¿Acaso se estaba enamorado?

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Una semana después se podia ver a Vegetta bajando de su mansión flotante en busca de comida. Hasta que unos tulipanes rojos le llamaron la atención, recordándole inmediatamente al psicólogo que lo había estado llendo a ver del diario en pequeñas visitas. Y ese día no sería la excepción, así que decidió comprar las Flores. Una vez regreso a su casa puso el ramo en su mesa y el fue a hacer otra cosa en lo que llegaba Auron.

Y después de un rato pudo oír como llamaban a su puerta. Así que fue rápido a abrir encontrándose así al mismo chico sonriente que había visto el día anterior

Vegetta: hola auron pasa

Auron: hola triple siete, gracias

Vegetta: siéntete como en tu casa *dijo para irse a su cosina a prepararle algo a Auron*

Auron: gracias, gracias.... *Se sienta en un sillón* oye Vegetta

Vegetta: dime

Auron: por ahí oí que bajaste.

Vegetta: si eso es cierto *dijo dándole un vaso con jugo de naranja*

Auron: gracias.

Vegetta: por nada, oh cierto, casi lo olvidaba *dice mientras le da el ramos de tulipanes que compro*

Auron: ¿Son para mí?

Vegetta: jeje sip aprovechando que estube por el pueblo las ví y dije: "¿Porque no?"

Auron: gracias, son mis favoritas.

Vegetta: ¿Enserio? No lo sabía

Auron: muchas gracias

Vegetta: no hay de que

Auron: por cierto Vegetta, ahora que por fin bajaste, deberías ir a mi consulta

En ese momento Vegetta hizo una pequeña mueca con los labios, nunca ha Sido fan de las consultas, ni medicas ni psicológicas

Vegetta: ya veremos chiqui

Auron: bueno, también hay un favor que te quiero pedir

Vegetta: ¿Cuál es?

Auron: tu eres el mejor haciendo este tipo de cosas haci que pensé en pedirte ayuda, y bueno ¿Podrías ayudarme a preparar una cita al aire libre?

Vegetta: ¿Una cita?

Auron: sip, hace tiempo que no tengo una cita con Luzu y me gustaría tener una

Vegetta: claro

Dijo esto para después carraspear, su garganta le empezaba a picar nuevamente

Auron: muchas gracias, después te paso la ubicación del lugar calvo

Vegetta:claro

Auron: bueno me voy, fue un placer

Vegetta:si, igual

Y así auron salió de la casa de Vegetta nuevamente

Le dolía la garganta, y mucho, sentía la horrible picazón en su garganta, tomo varios vasos de agua para quitarse la picazón de la garganta pero no servía de nada, así que con el ardor de garganta se distrajo unos minutos viendo por la ventana, hasta que vio en dirección hacia sus vecinos. Hay fue donde los problemas llegaron a su puerta.

Vio a Auron correr escaleras arriba de la casa de Luzu y a este mismo esperarle con los brazos abiertos para después los dos juntarse en un abrazo para después besarse y avanzar hacia el interior de la casa del más alto.

En ese momento no pudo más y una tos repentina lo invadió. No podía pensar en otra cosa más que en Auron besando a Luzu. La tos cada ves era más agresiva hasta que en un momento se calmo, y fue hay que Vegetta vio su brazo lleno de sangre y unos pétalos de flor, pero no de cualquier flor, si no, pétalos de tulipan rojo. Los mismos que le regaló a Auron minutos atrás.

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Lo que cualquier persona haría sería ir al doctor cuánto antes, pero el no, odiaba las citas medicas. Porque si iba a una querría decir que estaba mal, y el gran Vegetta no podía estar mal, así que decidió investigar por su cuenta en los libros de su biblioteca algún remedio, o algo que le dijera que es lo que tenía, pero no encontró nada, así que simplemente no pudo más y callo rendido en su cama.

Pero la mente es traicionera, puesto que cuando estaba empezando a quedarse dormido, la imagen volvió, al igual que la tos, manchando su ropa y cobijas con el líquido espeso color carmesí. Y llenando de pétalos toda su cama. Y así en medio del sufrimieto físico y mental callo dormido en la madrugada.










Y bueno, eso es todo por hoy, si les gusto, pueden votar que no les cuesta nada.

Y sin más Hanaco fuera

!Save me¡ (vegeplay) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora