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12 de septiembre, 2017.

Hoy es un nuevo día. Me desperté sintiéndome más fresca y feliz de lo normal, tal vez sea porque me inscribí a clases de baile. Seguramente esa es la razón. Sé que ya es tarde para unirme al baile por mi edad pero no creo que sea tan malo, solo tengo 18 años. Soy mayor pero a la vez sigo siendo joven para este tipo de cosas... Si es que eso tiene sentido.

Entrar al estudio donde se llevarían a cabo las lecciones fue algo estresante. No conozco a nadie. Estoy completamente sola. Y lo que hizo que fuera aún más estresante, fue el momento en el que nuestra profesora nos pidió que bailáramos lo que sea frente a ella y los otros 19 estudiantes. Lo sé, es extraño, pero en esta clase solo somos 20 estudiantes.

Empecé a temblar en mi lugar. Pero cuando vi la sonrisa alentadora de mi profesora, de alguna manera me sentí aliviada. Cerré los ojos y respiré hondo. Mi sueño se hizo más claro a medida que me concentraba. Y cuando abrí los ojos, hice mi mejor esfuerzo. Di todo lo que pude dar. Tropecé varias veces con pasos simples, pero está bien. Todavía estoy aprendiendo. Los estudiantes se burlaron de mí por eso, pero eso no me importó porque hice que la linda profesora sonriera; incluso creo haber escuchado una risa escapar de sus labios.

Mi primer de día fue un poco difícil. Pero lo logré. Lo hice por mamá y papá. Y lo hice por mi profesora. Así que todo esto es gracias a ti, señorita Manoban.


Narra Lisa.

Estoy muy emocionada por el día de hoy. Es mi primer día trabajando como mentora de baile. Me gradué de la Universidad Nacional de Artes Escénicas de Seúl con una especialización en Artes Escénicas en Hip-hop en Julio del año pasado. Sé que estudié solo hip-hop, pero me encanta el baile en general, así que practico bailes contemporáneos, modernos, jazz y otros géneros. Terminé el hip-hop desde que volví a inscribirme en el primer año, todos los espacios para los otros géneros están llenos. Y afortunadamente, es el género que más disfruto y en el que más me destaco.

Estacioné mi bicicleta en el lugar designado fuera de YG Academy, mi lugar de trabajo. Desde la universidad, siempre he usado mi bicicleta. Nunca quise un automóvil, así que les pregunté a mis padres si podían conseguirme una bicicleta. Y desde entonces nunca salgo sin mi preciosa.

Después de asegurarme de que mi bicicleta está a salvo, entré por la gran puerta doble de la academia. YGA es una escuela de baile muy famosa aquí en Corea. Los maestros provienen de diferentes partes del mundo, por lo que se podrán imaginar lo exitoso que es este lugar.

Cuando llegué al vestíbulo, la gente me miró fijamente y empezó a susurrar. Seguro que me están juzgando una vez más por mi edad. Tengo 23 años. Desde que presenté una solicitud aquí un año antes de graduarme, la gente me miró con desprecio. Les escuché decir lo incompetente que soy, ya que todos los maestros actuales aquí tienen años y años de experiencia bajo la manga. Mientras que yo estoy aquí, en mi último año de la universidad. Por lo que cuando pasé, se sorprendieron al saberlo. Aunque eso no me importa, porque están cuestionando mis habilidades... hasta ahora. 

Respiré hondo una vez más y me dirigí al estudio asignado para mi. La vida siempre será así. La gente te juzgará sin importar que, así que todo lo que tienes que hacer es ignorarlos y seguir haciendo las cosas que realmente importan, no enfocarte en sus interminables opiniones sin sentido.

Cuando entré en la habitación, me encontré con el silencio. Nadie estaba ahí todavía. Miré mi reloj y vi que eran solo las 7:30 am. Las clases comienzan a las 8. Recorrí con la mirada el estudio y sonreí para mí. Ver este lugar lo hace real. Esto es real ahora. Estaré enseñando y cumpliendo mis sueños. Enseñaré hip-hop pero también incorporaré otros géneros.

My Youth With YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora