II

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22 de Septiembre, 2017.

Ya estoy en mi segunda semana de clases de baile. Y pienso que los últimos días he aprendido más y más. Ahora puedo bailar la primera canción que presenté sin tropezarme. No aprendí eso en clase, lo que hice fue pasar horas en mi casa bailando frente al espejo hasta aprendérmela por completo. Y estoy muy sorprendida porque pude hacerlo sin equivocarme.

Sin embargo, cuando debo hacer un paso más complicado como los que enseña la señorita Manoban, siempre estoy detrás de los otros estudiantes. Ellos aún se burlan de mi y hacen bromas sobre mi cada que tienen la oportunidad. Los que piensan que ya tengo amigos por ser la segunda semana de clases están totalmente equivocados. Sigo siendo la niña que se sienta en un rincón, a la que nadie le habla. No es que me moleste estar sola, pero tener amigos sería genial. Los estudiantes aquí me evitan y me ignoran, no sé por qué lo hacen. Pero tal vez sea porque no puedo bailar tan bien como ellos y no merezco estar junto a ellos.

Para mi suerte, la señorita Manoban siempre nota mi presencia. Incluso se toma el tiempo necesario para enseñarme los pasos de baile y para hacerme saber que no estoy sola. 

Hoy es el cumpleaños de una de las estudiantes. Creo que su nombre es Nayeon. Por lo que he escuchado, ella es solo un año más joven que la señorita Manoban. Pero bueno... Hoy la clase terminó más pronto de lo usual, y no sé la razón de eso. Cuando nuestra profesora nos dijo que podíamos irnos más temprano, todos celebraron. Estaban felices porque podrían celebrar el cumpleaños de Nayeon. Ellos estaban felices, pero yo no. No lo estoy porque no estoy invitada y porque si la clase finaliza, significa que debo ir a mi casa. Y eso significa: no más Señorita Manoban. Especialmente ahora que tendremos 3 semanas de descanso y no la veré en ese tiempo. Sé que ella es 5 años mayor que yo y que es mi profesora, pero un pequeño crush no es nada del otro mundo, ¿verdad?

En realidad, le confesé eso...


Narra Lisa.

Esta es la segunda semana, y ya siento mi energía agotarse. Quiero decir, amo bailar y enseñarle a los chicos, pero a veces los estudiantes son pesados. Aún piensan que no puedo ser una buena profesora, por lo que ellos actúan como si lo supieran todo. Siempre que hacen algo mal y trato de corregirlos, empiezan a quejarse acerca de que ellos tienen la razón... Como justo ahora.

Doyeon, no. No debes poner tus brazos así cuando caminas. Haces que no se vea natural. Mejor intenta hacer esto —Le mostré como debe hacer el baile, para que fuera más apropiado y natural. Caminé de una manera apropiada con mis manos en mis caderas y mi cabeza en alto.

Pero, Lisa-- —La interrumpí de la manera más amable que pude, ya que no deben decirme así. No solo son tercos, sino también groseros.

Señorita Lisa —Le corregí

Ella rodó los ojos, lo cual hizo que me molestara más.

¿Por qué T/n puede decirte así y yo no? —Preguntó mientras se cruzaba de brazos.

Miré hacia la chica mencionada y la pude ver sonriéndome. Sentí como mis mejillas se ruborizaron mientras recordaba aquella vez que le dije que podía llamarme por mi nombre. En mi defensa, creí que estábamos solas, pero al parecer alguien nos escuchó. 

Aclaré mi garganta para evitar tartamudear. Miré de nuevo a Doyeon y le dije —Tal vez si me trataran bien al igual que su compañera T/n, podrían llamarme por mi nombre —Le sonreí para ocultar mi molestia.

Como sea... —Bufó ante mi respuesta y rodó sus ojos. Les juro que si esa chica no deja de hacer eso, no me voy a sorprender cuando sus ojos no vuelvan a su lugar. —De todas formas como yo lo hago esta bien, y lo que tú hiciste se ve muy simple y de mala apariencia, así que lo voy a hacer como a mi me gusta

My Youth With YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora