(Pausada)𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 - 𝐈𝐧𝐟𝐚𝐦𝐞𝐬𝐫𝐩/𝐒𝐩𝐚𝐢𝐧𝐫𝐩

Robert Gligard

-----
Raquel0830
-----

Hoy era uno de esos días tan estresantes que no le gustaban a nadie, ni si quiera el clima ponía de su parte.

El día era frio y nublado aunque no lloviera no era comodo estar fuera de casa.

—Rachel, muevase a H-50 -anunció una voz por radio-

—10-4 capitán -contestó la castaña-

El rango de la chica de ojos verdes era nada más y nada menos que 'sargento'.

Ella estaba siempre dispuesta a cualquier misión que se le encomendase. Su labor normal era instruir a los nuevos cadetes, de vez en cuando tenía que organizar la malla y asistir a los cientos de alertas diarias. Su trabajo era duro pero ella lo amaba.

—¿Quiere patrullar conmigo? -le preguntó la misma persona que recientemente le habia hablado-

—Como quieras -habló la chica-

Robert colocó su brazo sobre los hombros de ella a la vez que caminaban hacia el patrulla.

Ella suspiró ante su acto, el mísero roce del hombre a ella le hacía derretirse.

Ella llevaba tiempo enamorada de Robert pero nunca tuvo el valór suficiente como para poder declarar sus sentimientos ante el, a si que se limitó a ser tristemente su amiga.

Llegaron y se subieron al patrulla, el era el conductor y ella se sentó de copiloto, a su lado.

—¿Me marcas el siguiente aviso? -pidió el que llevaba gafas de sol-

Rachel asintió con su cabeza ligeramente y se limitó a ubicar el gps en el aviso, no hablaba porque los nervios la consumían.

—Oye Robert, quería decirte algo -habló la castaña con nerviosismo, tanto que casi que tartamudeando-

—¿Estas bien? Te veo un poco pálida -contestó el con cierto tono de preocupación a la vez aue reducía un poco la velocidad del vehiculo y apartó su mano del volante para llevarla a la frente de la chica-

—No te preocupes, todo está bien. Es otra cosa...

—Dime

—Me gustas, ¿Te gusto? -habló ella coml si se hubiese sacado un gran peso de encima-

Su contrario arqueó una ceja por un segundo mientras pensaba que responder.

A el le gustaba ella y a ella le gustaba el pero el problema es que el miedo a enamorarse le echaba para atrás en este tipo de situaciones pero esta vez no.

El de pelo oscuro frenó poco a poco hasta estacionar cerca de un callejón completamente vacío.

El se quedó mirando a ella durante un par de segundos, admirando cada preciosa parte de su cuerpo y cara hasta que poco a poco la distancia era menor entre ellos.

De un momento a otro ella decidió cortar esa distancia que los separaba fundiendo sus labios en un sincero beso. Se querían y eso era lo más importante.