- 07 - Un tierno juego - Gameshipping -

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Otogi sabía lo afortunado que se sentía al tener al maestro de los juegos con él, pues a pesar de ser un desarrollador de juegos con gran imaginación; sin embargo, su pequeño era su musa, su inspiración, y realmente Yami era quien a veces ayudaba al azabache con ideas recreativas.

Pero aquel día era diferente, Yami solo se quedaba ahí, viendo como el azabache tecleaba en su computadora, sin decir o hacer algo que pudiera dar indicios de que este ahí. Le extraño, ya que sabía que "el otro Yugi" llegaba a ser algo inquieto, tratando de tener la atención y los ojos esmeralda del desarrollador en él.

Esperaba que el tricolor hiciera algo, pues ver tan quieto al menor, le hacía sentir algo ansioso y un tanto extrañado por su comportamiento. Apagó su computadora, tratando de que el tricolor; de igual forma, quedará extrañado por el repentino acto del jugador amateur, añadiendo que su trato de acabar tan rápido su trabajo, no era del todo su manera.

── Ok ya esta ── volteo su silla giratoria, mirando al tricolor ── ¿Qué te sucede? ── pregunto tanjante, entrelazando sus propias manos y mirar fijamente al menor.

El silencio perduro por algunos segundos, Otogi se sentía completamente ido y extrañado. El tricolor no le decía nada y aquello colmaba su paciencia de tener a Yami a su lado de esa manera tan silenciosa y quieta.

── Vamos, dime que tienes ── continuo el azabache, mirando al tricolor.

── No me has puesto atención en todo el tiempo que he estado aquí ── dijo cabizbajo Yami, mirando sus piecitos ser balanceados en la alta silla.

Otogi se enternecio ante la imagen, suspiró. Suponía que el trabajo podría esperar un poco, además solo era un tiempo compartido con el pequeño.

Se levanto de su asiento, yendo con el menor y abrazarlo por detrás, besando una de sus mejillitas.

── Esta bien, bonito ── cedió a los encantos del tricolor ── hagamos lo que tu quieras ── le contestó en compensación a la falta de atención del chiquito.

── ¿Podemos jugar? ── pregunto emocionado, mirando con esos ojitos brillantes carmín a Ryuji.

── Claro ── le sonrió ── esta tarde sera solo para ti ── tomo entre sus brazos al menor, cargándolo y yendo a la habitación de juegos que siempre preparaba para Yami, por si llegaba a aburrirse en cierta parte de su día.

Yami sonrió, besando infinitas veces el rostro del azabache con coleta, en modo de agradecimiento y que podría tener a Otogi el resto del día, antes de que oscureciera.

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SE ME HACE RE TIERNO EL YAMI BASTA ♡♡♡♡

ASDGFHDFH EL NIÑO CAUSA DIABETES DESDE EL SEGUNDO 1 ( ⸝⸝•ᴗ•⸝⸝ )

🌹 ArxmoGrl.

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