Prólogo.

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Dicen que la vida es una y que hay que vivir el día a día, pero si alguien te dice que en el más allá, hay vida ¿Qué dirías o que pensarías?.

Siempre hemos pensado que nosotros los seres humanos vivíamos solos en este mundo, pero estábamos equivocados. Cometemos errores constantemente.
Hemos escuchado infinitos mitos y leyendas, pero, ¿Cómo no escucharlos? Solemos guiarnos por la voz de la multitud.

Desde niños nuestros padres y abuelos nos leían cuentos sobre seres sobrenaturales.
Siempre nos parecían atractivas esas narraciones, pero todo desaparece cuando llegamos a crecer. La fantasía de la inocencia muere con un trago de tiempos perdidos.

En mi caso, mi padre siempre me ha contado de estos mitos. Pero esa parte no era la que a mí me gustaba, solía y disfrutaba estar acurrucada en sus brazos mientras escuchaba la historia de un pueblo. Un bendito pueblo...
Uno que tenía magia, misterio y que cautiva por su belleza a los habitantes que vivían allí.
Cada noche, me sorprendía más y más sobre este encantador lugar; pero como todo cuento cumple su función, me ayudaba a crecer e imaginarme esa ciudad en particular.
Pero hoy he crecido, y como todo ser humano debemos salir adelante. Debemos seguir nuestro propio camino, y a mí me tocó seguir el mío sola; sin familia, sin mi padre quien había muerto.

Y con él, han muerto las historias que me contaba cuando era chica. Sólo me quedan los recuerdos de todas sus historias, ¿Acaso algún día conoceré este pueblo?.

La vida tiene esa peculiar sorpresa y da un toque a cada momento que vivimos, algunos con más alegría y dichas mientras que otros con desdichas, pero así somos los humanos vivimos el día a día.

Ya han pasado 19 inviernos, y como todo los años en mi cumpleaños tengo mi corazón lleno de tristeza, cada 365 días tomó de mi cajón que se encuentra alado de mi cama, una fotografía de mi padre con una carta que me había escrito semanas antes de aquel desdicha en mi familia.
Observó la foto de mi padre mientras recuerdos inundan en mi mente y el dolor vuelve.

Después de mi decepción amoroso con Jeremy, decido leer la carta que he guardado por tantos años.
Respiro profundo, cierro mis ojos, y doy un profundo suspiro, para luego volver abrirlo y sacar el seguro de la carta.
La abro y empiezo a leerla.

Querida hija mía:

Te escribo esta carta para desearte un feliz cumpleaños, cada año te mando una carta contándote un poco de mi vida aquí lejos de ti.
Ya ha pasado mucho tiempo lejos de ti, la decisión que tome fue pensando en tu futuro.
El pueblo ha cambiado, han pasado tantas cosas muy raras en el pueblo, he visto a amigos de toda mi vida cambiar tanto. Esta creciendo el pueblo, lo cual tiene sus desventajas.
Te he mandado algunos postales para que veas donde vivo, deseo que conozcas al menos por fotografías.
Aún recuerdo esas noches... cuando te dormías en mis brazos contándote mis cuentos.
Algunas cosas que te he contado eran ciertas, como la ciudad y las maravillas que habitan en ella.
Si estas leyendo esta carta es porque ya han pasado 19 años y hoy cumplirás 20 veranos, si algún decides venir a esta ciudad te pido que por ninguna manera te quedes mucho tiempo aquí, ya que todo lo verás no es lo que parece.
Ahora me despido, mi hermosa hija. Recuerda que siempre te llevare en mi corazón.

Posdata: Espero que te hayan gustado las fotos. Adjunto mi dirección, si el destino de llama... ven.

Con un suspiro y el corazón tembloroso, cierro la carta y me preparo mentalmente para mi decisión, viajar...

LEGADOS DE SANGRE #1 . (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora