El recuerdo de Wei Ying

Recuerdos de la infancia perdida

El Patriarca Yilling a muerto.

Son las palabras que se oigan por todos lados, todo el mundo celebraba la muerte de un hombre que siguió el camino del mal, un hombre que su mención causo miedo en toda la gente. Hace una vida pudo ser el discípulo principal de una gran secta, con un futuro prometedor y alabado por su talento y ingenio.

Hoy no quedaba ni sus huesos.

Un desperdicio, era lo que algunas personas pensaban, un futuro tan prometedor reducido a nada. Karma, era lo que otros, creían, por seguir el camino prohibido, por huir con los perros Wen, y darle la espalda a la secta que le dió un hogar. Un lamento por aquellas personas que lo recuerdan con cariño.

Al final todas las palabras eran solo eso, palabras que como todo se perdieron con el viento.

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El estaba muerto.

Era todo lo que podía pensar Jiang Cheng, era algo que esperaba, por a ver matado a su cuñado, por su culpa murió su hermana, por haberle dado su la espalda a su familia y clan, pero al final solo le dejo un sabor amargo en la boca y un dolor insoportable en el pecho. Lo único que quedaba era esa maldita flauta, con la que tanto miedo y destrucción con su melodía, que al final no podía destruir. Lo peor es que no sabía por qué su corazón no dejaba que la destruirla.

Era lo único que quedaba de aquel que una vez de la persona que considero un hermano.

Se había quedado solo.

Aún recordaba los momentos que pasó con Wei Wuxian en el Muelle de Loto, cuando todo era más fácil, jugando volando cometas y comiendo la sopa de su hermana.

Solo quedaron cenizas.

Recuerda con dolor cuando un niño desnutrido fue traído a su hogar, su cara estaba demacrada, asustado por un lugar que no conocía.

Cuando jugaba en el agua en esos días calurosos, metiéndose en problemas por su culpa y sintiendo la mayor felicidad del mundo.

A veces sus sueños los torturan, recordando pasando tiempo a su lado, siendo un niño, para cambiar al momento en que lo vio morir.

Cómo justo ahora.

Era el y su antiguo shixiong jugando en el agua, ambos estaban nadando en el agua un caluroso día de verano. Los lotos estaban decorando el hermoso paisaje, Wei Wuxian lo había tumbado al agua después de sus lecciones, por lo que ahora solo podía aventar agua a su cara y robar tallos de loto para su hermana.

De pronto el paisaje cambio, ya no quedaba rastro del lago, ahora lo que lo rodea es el olor de sangre y cenizas. Eso causaba un mal presentimiento. Vio que su cuerpo ya no era de un niño, si no de cuando fue el asedio a tumulos funerarios. Y que ya no sostenía un tallo de loto sino su espada, atravesada en el pecho de la versión niño de Wei Wuxian, se sintió horrorizado.

"Es tu culpa" Decía el pequeño Wei Ying.

"No"

"Por tu culpa estoy muerto" decía mientras su apariencia cambia de un niño hasta el momento de su muerte.

De pronto vio como todos los no vivos del lugar comenzaban a acercarse, a devorar el cuerpo de su hermano, los gritos de dolor de Wei Ying eran tan inquietantes que causaban angustia y terror a su corazón.

De pronto se despertó, con sudor frío en su cara.

No era su culpa. Pero aún hay una voz en su mente que dice que se equivocó, que pudo hacer más, pero como todo era inútil. Solo podía recordar su muerte. Solo podía estar solo.

Su rencor aumento con el paso del tiempo, por trece años paso casando a toda persona que practicará el cultivo demoníaco, a cada persona que pensaba que era el.

Sabía que su ira y rencor se convirtió en algo feo, algo que el mismo no reconoce su magnitud, pero no sabía que más hacer. Se convirtió en líder de secta a una edad temprana, luego se fue su hermano, luego su hermana se casó. Paso el tiempo y su cuñado murió a manos de Wei Wuxian, su hermana lo siguió poco tiempo, dejando huérfano a Jin Ling, y Wei Wuxian murió.

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La verdad es tan amarga.

Todo su rencor al hombre que dió su núcleo dorado se sentía amargo, injustificado.

Descubrir que la persona que tanto daño le has causado te dió otra oportunidad de vivir como un cultivador de sentía doloroso, una verdad que en verdad que te corta la respiración y no puedes saber que hacer para que tú corazón no doliera.

Quería arreglar todo, pero era en vano.

No culpaba a Wei Ying por irse con el Segundo Jade Lan, era el único con vida que aún creyó en el incondicional, sin importar lo que dijieran los demás, confío en el y estuvo a su lado.

No era ingenuo para pensar su relación se reparará de la noche a la mañana, sabía que tomara mucho tiempo, si había algo que reparar. Ambos causaron mucho dolor, solo queda esperar que los dioses se comparecieran de él y le den otra oportunidad. De muchas que ya desperdicio.

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Espero que les guste y disculpen mis faltas de ortografía.