Amandote

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Jiang Cheng siente que está por volverse loco, ha pasado un tiempo con emociones demasiado confusas. Todo es culpa del maldito vecino de enfrente o bueno realmente no es su culpa, es culpa de las viejas chismosas del edificio, cada vez que sale de su apartamento casi siempre escucha a su vecinas hablar de lo atractivo, lo amable, lo educado y no por menos importante, lo rico que es el tipo Lan, ¡demonios!, realmente no puede negar que lo que oye sea verdad, pero acaso no pueden tener el mínimo de discreción cuando el va en elevador con ellas. Aunque no es eso lo preocupante de la situación, los verdaderos problemas empezaron después de que accidentalmente ambos rosaran sus labios como en esas estúpidas películas románticas y lo peor, enterarse que el imbécil de Wei Ying sale con el hermano menor del tipo Lan, por lo que ahora durante sus visitas casi diarias mientras que su novio está de viaje, Wei Ying no deja de hablar de Lan Zhan y lo bien que besa, entre otras cosas que realmente nunca quiso saber. Entonces así llegamos a su situación actual donde se encuentra totalmente confundido y temeroso, el no es gay ¿verdad?, o eso quiere creer sin embargo, sus pensamientos vergonzosos de que tan bien besará Lan Huan (como ahora sabe que se llama su vecino) no salen de su cabeza.

Su día a día por alguna razón desde se mudó es encontrarse con su vecino por lo menos una vez al día, pero esta semana ni siquiera lo ha visto, es relajante y le ayuda a dejar de pensar en lo buen besador que será el vecino, pero su vida es como como una comedia barata y justo cuando sale vestido como vago, su adorado vecino aparece luciendo radiante, vestido como algún modelo de revista, incluso podría decir que es como si el tiempo no pasara por él, todo lo contrario en su caso, según en palabras de Wei Ying, se ve como la mierda y él mismo lo admite, por otra parte, por si fuera poco el Lan no viene solo, no, tenía que venir acompañado de su noviesito Jin (según lo que le ha dicho Wei Ying) y lo peor, lo peor es que al imbécil se le ocurre saludarlo, oh no, joder, no tiene ganas de tratar con nadie, ya es lo suficientemente miserable.

- Oh, hola - responde, genial esto es incómodo y no quiere volverse la tercera rueda.

- Es un gusto volver a verte - el Lan sonríe mientras le observa de arriba a abajo.

- Hola Jiang Cheng - el acompañante de Huan le saluda, pero cómo demonios sabe su nombre se pregunta.

- ¿Te conozco? - dice algo inseguro, realmente siente haberle visto antes.

- Soy el medio hermano de Jin Zixuan, Meng Yao - responde, okey, ya lo recuerda, es el sujeto que trabaja con el hermano de Huaisang.

- Oh, claro ... bueno, fue un placer saludarlos, pero tengo cosas que hacer, hasta luego - habla y enseguida huye hacia el elevador, la verdad, fue todo lo contrario, espera no verlos nunca más.

Han pasado cinco días y un nuevo problema se suma a su infinita lista de problemas, ahora el enano se la pasa la mayoría del tiempo visitando al vecino, no es que no pueda, el problema es que por alguna razón se siente enojado al verlos andar juntos y parecer tan felices, son novios maldita sea, nisiquiera sabe por qué le enoja y, no, no son celos, esta bien que se sienta atraído por el tipo o deseé saber que bien besa, si sus labios serán tan suaves como lo sintió aquella vez o si verdaderamente uno puede volverse adicto como dijo Wei Ying, en fin, definitivamente no pueden ser celos porque no ésta enamorado.

¡Demonios!, definitivamente ésta enamorado, o eso dijo Yanli, y, obviamente Yanli siempre tiene razón, de alguna extraña manera siempre sabé lo que le sucede en cuestiones sentimentales, maldición, ahora que rayos se supone que debe hacer, nunca ha estado enamorado, bueno, sólo tuvo un crush en preparatoria y era la hermana mayor del amigo de Wei Ying, así que casi no cuenta; tal vez sólo tiene que esperar a que pase el tiempo y probablemente ese sentimiento desaparecerá, casi como si fuera un pequeño resfriado, sí, definitivamente eso hará, sólo tiene que esperar y ya.

Bien Jiang Cheng, tú puedes, se repite mentalmente una y otra vez, vas a abrir a quien molesta y no matarás a nadie, no importa que estés muriendo de sueño, no, ¡claro que importa!, es su día libre y a alguien se le ocurre venir a molestar tan temprano, lo más probable es que termine siendo un día de mierda. Camina sin ganas y abre la puerta, afuera el vecino le sonríe y le extiende un ramo de rosas junto con una bolsa de regalo.

- Feliz cumpleaños Jiang Cheng - dice alegremente y algo en la cabeza del Jiang hace cortocircuito.

¡Qué demonios!, hoy es su cumpleaños, ¡cómo pudo olvidarlo!, y, aún más importante ¿cómo se enteró el Lan y por qué le regala algo?, oh, ahora definitivamente quiere morir, de haberlo sabido estaría al menos más presentable.

- ¿Eh?, gracias - responde dudoso una vez que sale del shock inicial y recibe las cosas, que se supone que debe hacer ahora, ¿Invitarlo a pasar?.

- Jiang Cheng, yo quiero saber si quieres salir conmigo mañana - la voz del Lan se escucha nerviosa, esconde sus manos detrás de su espalda y sus orejas se ponen rosadas y Jiang Cheng piensa, ¡qué demonios!.

- No se supone que sales con Meng Yao - cuestiona, el contrario hace una mueca sorprendida y el Jiang puede comprobar que definitivamente no lo hacen.

- No, ¿qué te hace pensar eso?, acaso fue Wei .... - el Lan se mira confuso y Jiang Cheng decide que ha imaginado demasiado, sin pensarlo manda todo al carajo y besa a Huan interrumpiendo su discurso.

Es mejor de lo que imaginó y aunque odie admitirlo el imbécil de Wei Ying tenía razón, los Lan son buenos besando piensa mientras saborea los labios del otro que ha comenzado a responder,  pero Jiang Cheng no es un desvergonzado como Wei Ying y cuando recupera la compostura esta tan avergonzado que empuja al Lan y se adentra en el departamento cerrandole la puerta en la cara, aunque eso no evita la sonrisa que se forma en sus labios, definitivamente podría volverse adicto.

XICHENG FEST 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora