Nostalgia

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Hace mucho frío que ni el calor del fuego ayuda, tal vez sea por encontrarse acostumbrado al clima templado de Yunmeng o que no tiene la suficiente energía para que su núcleo funcione correctamente, no está seguro, pero esta casi seguro que Lan Xichen se haya en condiciones similares, su blanca túnica manchada de sangre y llena de rasguños le traen recuerdos que no puede olvidar, fue hace muchos años sin embargo la imagen del segundo Jade de Gusu al ser rescatado de la cueva junto a Wei Wuxian permanece a fuego en su cabeza pues a pesar de todo sigue considerando ese hecho como el inicio de la caída de Lotus pier.

No importa el pasado se dice temiendo ser consumido por sus demonios que le acompañan, no ahora cuando hay alguien que pueda presenciar su patética debilidad, no cuando alguien que le importa pueda llegar a destrozar sus barreras y alimentar sus ilusiones tontas, no en éste momento ni lugar, no cuando lo que encierra puede lastimarlos más, porque aún no están curados por completo y lo más probable es que nunca lo hagan.

Observa fijamente al hombre a unos metros de él, buscando desesperadamente en una bolsa de qiankun dedicándole pequeñas miradas aunque pronto se da cuenta que sus fugaces miradas son dirigidas a una parte específica de su persona, ¡oh!, hay sangre, mucha sangre saliendo de su abdomen, tal vez esa sea la causa del frío y la humedad que siente, no es por la lluvia que se desató durante su huida, empapandolos y obligandolos buscar refugio, esta muriendo, maldita sea, se esta muriendo, de pronto todo comienza a distorsionarse, todo es obscuro sin embargo, el frío desaparece lentamente, de alguna extraña manera se siente cálido, tan cálido como cuando Yanli le abrazaba, es algo agridulce, un momento especial guardado en lo más profundo de su alma, un profundo anhelo. Pero es diferente pronto se da cuenta, no son los mismos brazos delicados y delgados, estos son fuertes y trabajados.

Abre los ojos y todo esta en penumbras, apenas iluminado por la fogata que aún continúa encendida, no ve a Xichen por ninguna parte, baja la mirada para observar el estado de su herida y se encuentra con una mano sosteniendo la suya, sigue con la mirada el lugar donde proviene y es en ese instante que se da cuenta, él esta recostado sobre el Lan, en otra ocasión estaría avergonzado, pero ahora esta casi emocionado, no porque sea éste sino que es más la extraña sensación de calidez al darse cuenta que no lo ha dejado, ha podido recuperar la fuerza suficiente durante el tiempo que él estuvo inconsciente y haber tratado de huir por ayuda, simplemente dejarlo morir en lugar de cuidarlo y transferirle energía, pero Xichen es bueno, él sabe que no es el tipo de persona que abandona e ignora, es un Lan después de todo. Afuera de la cueva la lluvia sigue cayendo, no es tan fuerte como cuando comenzó, pero supone que tardará más tiempo en quitarse, nuevamente observa sus manos juntas y una pequeña sonrisa se asoma por sus labios, si sobreviven esta vez, intentará decirle sus sentimientos y tratar de conquistarlo, lo primero es esperar a que ambos puedan llegar al mañana.

¡Demonios!, otra vez el mismo sueño, la vida lo odia, primero casi pierde un contrato con una empresa asociada y ahora sueña con un sujeto que nunca ha visto mientras ambos visten como los personajes de los dramas en que actúa Huaisang y lo peor es que se esta muriendo en su propio sueño, ¡maldición!, lo peor es que termina por ponerse nostálgico cada vez que sueña eso. Hoy debería de ser un gran día, ¡tenía que serlo!, se supone que conocería por fin al Director de las empresas Lan.

El mundo está en su contra, primero se quedó atrapado en el elevador por casi una hora, luego un idiota le tiró café encima, pero como iba tarde no pudo regresar a cambiarse, otro idiota chocó su auto y perdió el tiempo en arreglar las cosas con la aseguradora y el idiota. Y ahora resulta que el sujeto de Gusu que iba a conocer era el mismo maldito tipo de su sueño, ese tal Lan Xichen, ahora que lo piensa como rayos no se dio cuenta que el apellido era igual, lo único que falta es que el nombre sea el mismo.

- Lan Xichen - dice y el sujeto sonríe en respuesta mientras lo aprieta entre sus brazos y es casi reconfortante.

- Así es A-Cheng, no sabes cuánto espero para verte - el Lan habla separándose, pero sin soltar sus manos y por alguna razón siente ganas de llorar.

- Yo también - su voz sale entrecortada, siente una calidez creciente en su pecho y de alguna manera la nostalgia desaparece y se siente completo como nunca antes.

XICHENG FEST 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora