She is mine!

307 36 10
                                    


¿Hombres?, Hombres es lo que sobran en la vida de Venezuela ¿cómo no? ¡Sí la mayoría de las naciones son masculinas! Y ella un centro de atención con múltiples coronas de belleza en la cabeza.

Una mujer que puede llegar a ser cariñosa con sus hermanos latinos, hasta lograr con sus risas traviesas sacar alguna rabieta sutil en Lovino como conseguir los abrazos empalagosos que España al verle les da. ¡Incluso Alemania parece ser dócil ante ella!

Pero hay ocasiones en las que a Estados Unidos se saca de quicio, es que hay personas que se pasan de inteligente con la muchacha latina. Él es consciente de las miradas que ella atrae cada vez que sus caderas se contonean al caminar, incluso hasta él mismo se ha perdido en tan semejante mujer de carácter indomable.

Más Cuba, Rusia y el anciano de China parecen subir más el estatus en su lista roja cada vez que la venezolana sale en la ecuación.

― ¿Estás bien?― El anglosajón no pregunta porque le importe, sino que USA está sentado a su lado en la sala de la O.N.U y cada vez que Inglaterra "intenta" prestar atención al discurso del algún país, el de lentes no para de gruñir como perro rabioso impidiéndole escuchar lo que pasa. Hastiado por no recibir respuesta del otro piensa que sería mejor sentarse con Canadá para la próxima.

―Mon amour, ¿acaso no lo ves? claro que no~ ― Ignorar a Francia mofarse de él es un imposible y con una venita palpitante en la cien las ganas de aplastarle la carpeta repleta de papeles en esa cara de rana le llega en menos de un segundo― Es el amor~. Tan sólo míralo ―Francis contuvo un chillido emocionado.

¿Amor? Arthur no tarda en alzar las cejas en confusión, él no ve eso. Ve a Alfred a punto de iniciar una guerra o mínimo un alboroto en medio de la sala.

Sus pensamientos no están lejos de la realidad. Cada vez el aura amenazante crece en el cuerpo de Jones que no despega su vista de unos sonrientes Venezuela y Cuba.

¿Por qué? Fácil, ¡Esa chica es suya!

**

*

**

María se carcajea con fuerza, no es delicada sino potente su estridente risa. Vicente le acompaña en su diversión. El hombre tiene pasado un brazo por la parte baja de la espada de la chica, aferrando su mano en la cadera de ella. En cuanto María apoya su brazo extendido por lo ancho de los hombros.

Ambos caminan entre bromas en el pasillo, sin notar los ojos fijos en sus personas.

― Ya basta Chamo, que me vas hacerme orinar de la risa― Pequeñas lagrimitas amenazan en salir cuando achina los ojos aguantando las carcajadas.― 'Perate un momento... ya, ya―Se abanica con una mano queriendo disipar el cosquilleo de querer soltarse a reír en medio del lugar. Inhala y exhala, las ganas de reírse se apagan.

― Pero, chica no hay nada de malo en reírse un buen rato― Cuba comienza hacerle cosquillas, haciendo así que la otra no parara de reír.

― ¡Quédate quieto carajito! ― Golpeteó divertida con su palma abierta al moreno frenando asi su travesura. ― Vicente, te dije que me ibas hacer originar. Sigue caminando que voy al baño.― La mujer dio la vuelta para ir al lugar indicado.

― No hay problema, yo te acompaño y te espero afuera― Lleva las manos a los bolsillo de su pantalón con intención de ir hacia la chica.

― Mejor no― Ella niega moviendo la cabeza― Tardare un motón, una mujer debe retocar su apariencia, para verse siempre hermosa― Las hebras oscuras fueron sacudidas.

Vicente le observó no muy convencido, pero no le quedo de otra, que hacer lo que ella pedía. Cuando la figura del chico se desvanecía del pasillo, ya María había arrancado a caminar hacia el baño.

Y sin saberlo, era asechada.

**

*

**

Está claro que cuando tu sales de un baño luego de hacer del uno, no esperas que una mano se te posé en el hombro así de la nada ¿Verdad que sí?

Entonces, nadie podía echarle en cara la culpa de que le haya metido un izquierdaso al zopenco de Alfred que le llegó de la nada.

― Tú como que eres tremendo masoquista, porque sí que te gustan los golpes de a gratis― Tomó el rostro del chico alzándolo por la barbilla, de la nariz respingada un débil fluido rojo salía. Alfred había recibido de lleno el golpe en la nariz.― Estás sangrando, ¿ves las vainas que te ganas?― Echó la mirada a sus costados en busca de algo para frenar la salida del líquido carmesí.

It's your fault [Es tu culpa]― Jones hizo su cabeza aún lado, ¡Todo la culpa era de ella! Sí, todo lo que le pasaba a él.

María chasqueó la lengua al escuchar su reclamo, con molestia Venezuela incrustó los rollitos de papel higiénico en la nariz del rubio. Este soltó un quejido.

Mary! duele― La morena se rió quedito, complacida. Jones estaba molesto, no por el golpe, había otra cosa que le alteraba. Cosa a la que María hacia como si no pasara o ella no se percataba de que ocurría. Cuando la chica hizo acción de alejarse él, la sujeto de la muñeca.― Tenemos que hablar― Los ojos marcados en seriedad, robaron un jadeo de los labios de la latina.

Cuando María quiso agregar palabra, sus labios fueron sellados por los del rubio. Sus sentidos parecían nublarse cuando el movimiento se volvió más intenso, más desesperado. Alfred tenía el control, por lo que no opuso resistencia cuando su anatomía fue acorralada contra la pared.

La piel de su espalda sintió la fría cerámica y al frente su pecho el torso del chico.

― ¿Al..? ― Las manos del chico de forma lenta bajaban marcando un recorrido en el cuerpo de la chica. Los besos de sus labios fueron parados para ser el cuello de la chica el fuera asaltado por estos. ― ¿Ocurre... algo?

La clavícula de la chica recibió los tibios besos que se depositaban con suavidad sacándole suspiros. Sin embargo los blancos dientes se clavaron en la piel canela, mordisqueando y succionando el sabor vainilla que en ella había. María abrió los ojos como platos al sentir la acción de Alfred.

― Alto ahí― Empujó el cuerpo masculino. Sin importarle ese hecho y la expresión del chico, se aproximó al espejo y con desesperación buscaba algo en su reflejo. En efecto encontró lo que temía, una leve marca rojiza que al pasar del tiempo  aumentaría su intensidad.― ¡Al-fred! ¿Qué crees que hace?― Sus dientes rechinaron de furia.

USA no se inmutó ante aquello, parecía satisfecho por el enojo en ella.

― Marcó lo que es mío.― Sonrió, Venezuela apretó los puños queriendo frenar las ganas de meterle un lepe. Pero el enojo se disipó cuando él la abrazo y apoyo el rostro en su hombro, como un niño chiquito que busca una caricia― Hay muchos que quieren tenerte. Hay muchos, que pueden hacer que la atención que me das sea de ellos― Susurró despacio.

― ¿Celoso? "Estados Unidos celoso" Lo veo y no lo creo― Ella se rió, sus orbes se llenaron de ternura cuando Alfred hizo un puchero molesto.― Tonto, tengo ojos solo para ti...por ahora― El otro hizo mala cara al escucharle. Pero se dejó hacer mimos de la chica.

*

*

Alfred sonrió con orgullo en medio de la reunión. Seguro ya esos tres se habían dado cuenta. No hacía referencia al chupón que los cabellos oscuros de Venezuela querían ocular si no la pequeña nota que colgaba adherida en la parte trasera del vestido.

Con letras grandes y con un fuerte color azul se leía:

" She is mine "

Aunque si era necesario le pondría sanciones a todos aquellos que quisieran robar la atención de su Queen.

[:::::::]

Mi intento de Alfred celoso, hice mi mejor intento :'D  ¡Sii por fin actualice! Ando más perdida que Tarzan en el día de las madres.

Para mi María demuestra sus celos con palabras, Alfred, bueno él es de acciones XD

La Reina y EL héroe  | UsaVene《 Latin Hetalia  》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora