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—Eres un maldito cliché, Hwang.
No tenía idea la clase de sentimientos que se estaban revolviendo en la boca de su estómago en ese momento, sin embargo, sabía y tenía claro que su voz había sonado menos firme de lo que le hubiera gustado y que su cuerpo reflejaba cualquier cosa, menos la furia que estaba seguro que también sentía. La cabeza le daba vueltas y el corazón repiqueteaba en su pecho demasiado fuerte como para no escuchar el "boom" retumbando en sus oídos. Siquiera podía decidir si el temblor que le invadía era acaso por la adrenalina de haber desobedecido, la emoción de hacer lo que deseaba o la ligera desilusión de encontrar al mayor demasiado estusiasmado con otra persona.
Había salido impulsivamente de su casa, nada más que con una sudadera y el móvil, dejando tras la puerta cerrada y unas cuantas cuadras, los reproches de su padre y la mirada preocupada de su madre, ¿por qué? Porque no podía soportar la idea de saber que el mayor se divertía, según él, y que continuaba con su vida como si nada, dejándolo de lado. Apartándolo como si fuese un objeto más. Sobre todo porque estaba seguro que no lo era.
—Soy un maldito cliché, ok. Entonces dime, ¿qué haces aquí? ¿No deberías estar en casa, preparándote para ir a dormir? Es media noche, Felix, es demasiado tarde para un chico como tú.
A pesar de que las palabras dichas podían sonar irónicas, no había un rastro de burlas en ellas.
—Cállate.
Odiaba que le recordaran cómo era de monótona y rutinaria su vida, sobre todo si era Hyunjin quien se lo mencionaba. Y aunque sabía que su sistema de vida estaba lejos de ser algo que le encantara al rubio, sabía que a su modo lo respetaba, razón por la que creyó prudente salir de ella como si nada, sin pelear siquiera un poquito para sacarlo de allí. Y estaba bien, porque no era trabajo del mayor encauzar su vida, aquello era algo que bien se había encargado de hacerle saber en más de una ocasión y Hyunjin tampoco se pondría en riesgo si él no era capaz de decidir qué era lo que esperaba de sí mismo.
—Eres otro maldito cliché, pero ¿sabes cuál es la diferencia entre tú y yo?
Miles. Existían miles de diferencias entre Hyunjin y Felix, tantas que le hacían estremecer por lo opuesto que eran, clavándole pequeñas espinitas que dañaban su pecho. Y aún así, al mayor no le costaba trabajo alguno compararlos bajo una similitud dolorosa, porque sí, él también era un maldito cliché; era el típico niño bien, obediente y de familia, alejado de vicios y enfocado en sus estudios, en su "futuro". Felix jamás se había interesado en nadie nunca, porque en palabras de su padre, aquello era una "perdida de tiempo" y que debía vivir en provecho, pues ya existirían esos momentos en los que podría disfrutar de vivir su vida como quisiera; enamorarse y formar una familia. Y aunque Hyunjin jamás le mencionó lo contrario, bastaba observar sus acciones para hacerle entender que no estaba viviendo sus veinte años a voluntad. Y es allí donde radicaban sus más grandes diferencias; Hyunjin era seguridad y espontaneidad. Era libre a su manera. Libre de decidir por sí solo, sin el murmullo constante de sus padres molestando en su oído. Mientras Felix era dudas y temor a la incertidumbre, a existir sin un plan.
—...
—Yo sé lo que quiero, Felix. ¿Puedes decirme lo que tú quieres?
A pesar de la distancia que había entre ambos después de semanas sin verse, Hyunjin aún mantenía en su rostro una sonrisa que, en secreto, sabía solo a él le dedicaba, sonrisa que reflejaba comprensión absoluta pero que, al mismo tiempo, le advertía que no importa cuánto lo intente, no todo dependía de las reglas que el mayor estuviese dispuesto a romper por los dos, sino de las que él mismo debía sortear por las suyas; como el adulto que pretendía y no sabía ser.
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𝙲𝚕𝚒𝚌𝚑𝚎́ ; 𝙃𝙮𝙪𝙣𝙇𝙞𝙭
Fiksi Penggemar"Eres otro maldito cliché, pero ¿sabes cuál es la diferencia entre tú y yo? Yo sé lo que quiero, Felix. ¿Puedes decirme lo que tú quieres?" "A ti." 🌱 × 𝙃𝙮𝙪𝙣𝙇𝙞𝙭 × Fluff. × Oneshot. × Narración original.